Analistas 12/03/2012

Un hombre de ag y una mujer de fe

Edgar Papamija
Analista

La República ha marcado un hito en el escenario nacional, que no pasa inadvertido, escogiendo mediante encuesta a los mejores hombres y mujeres de empresa de nuestro país, para destacar sus logros y mostrar su aporte al desarrollo. Luis Carlos Sarmiento Angulo, estaba en mora de merecer la exaltación, como hacedor de empresa, constructor de sueños y emprendedor nato. Su vida es realmente una historia intensa, sorprendentemente rica en desafíos, retos, triunfos y fracasos, signados todos ´por la entereza de un hombre que cree en lo que hace y transmite confianza y optimismo a los que lo rodean y a los que lo conocen.  
Hemos comentado la adusta ceremonia, pues encontramos que la clase dirigente del país, convocada por la dirección de nuestro principal diario económico, aprovechó el convite, no solo para escuchar y aplaudir al homenajeado, sino para poner sobre el tapete otro tema de moda:  el retiro de la Fiscal Viviane Morales.
Un hombre de plata y una dama de hierro, ocuparon la charla de los contertulios. Nuestra reflexión apunta a constatar que el país necesita paradigmas diferentes y nuevos liderazgos para crear un prototipo que sustituya al que hoy, desafortunadamente, domina la escena nacional.
Nuestra realidad nacional creó un engendro como salido del laboratorio del profesor Frankestein, el personaje de la novelista inglesa. Es un personaje que no tiene valores o edificó una pirámide invertida de ellos. Todo vale en la vida del monstruo contemporáneo. El atajo es su camino predilecto, el esfuerzo es ajeno a su conducta, y para colmo de males, como dijeran las abuelas, es un ser prepotente, autosuficiente, alérgico al humanismo idealista, que considera moda sesentera de una generación anclada en el pasado, que no logró entender la nueva era del pragmatismo utilitarista, cuyos métodos no tienen límites cuando de avasallar se trata.
La clase dirigente aprovechó la oportunidad para comentar la afortunada coincidencia, en este boom minero, de dos muestras de lo que alguien llamó el nuevo Homo Colombianensi: una dama de hierro que en mala hora abandona el Búnquer de la Fiscalía y un hombre de plata que ingresa a la historia de este país con el brillo de los visionarios sin abandonar el destello de los filántropos. Comienza a construirse un anhelado consenso, acerca de la imperiosa necesidad de construir un prototipo diferente, que sustituya ese otro oscuro personaje que se apoderó de la escena nacional.
Se equivocan quienes buscan las causas de nuestras dificultades exclusivamente en la parte baja de nuestra organización social, entre narcotraficantes, guerrilleros o delincuentes. Yo no sé quien le hace más daño al país, si los que amparados en la ilegalidad atentan contra la sociedad, o los que amparados en la legalidad destruyen la dignidad de una nación que no entiende, cómo sus hijos privilegiados, son la versión moderna de Electra, que atenta contra la madre patria
El ciudadano del común mira con mayor admiración al empresario que al banquero,  y eso sería irrelevante, si el país no pasara por su peor momento en materia de equidad social. Es urgente un gran compromiso social de quienes tienen en sus manos el manejo de los negocios privados. Entusiasman los balances de las empresas  y preocupan los balances del sector financiero. El optimismo, sin embargo, fue la nota predominante en la noche del tapete rojo del sector empresarial en el Club El Nogal.