Al fin se dará el paso decisivo para definir el futuro de Electricaribe el 26 y 27 de febrero próximo.
Llega el día de oferta de la subasta promovida por la Superintendencia de Servicios Públicos, después de una intervención que inició en noviembre de 2016 y un fallido intento de venta en 2018, así se destrabará el proceso de escogencia del futuro operador de Electricaribe. Se conoce que hay seis interesados, entre ellos, EPM.
El momento que atravesamos es muy relevante porque la Región Caribe se mantiene con el mercado de mayor dinámica en el país por el crecimiento de la demanda, que alcanzó 12% el último año, mientras que a nivel nacional solo llegó a 4.1%, con unas ventas totales de 71.920 gigavatios hora.
Se explica este crecimiento en la Región por haber sido un año seco por el Fenómeno del Niño y por el despunte de la industria y el turismo. Por todo eso, es el mercado más atractivo y no debe tener problema el proceso de escogencia de su operador.
La operación nacional está concentrada en tres compañías: EPM, Codensa y Electricaribe, que suman 75% del mercado de comercialización de la energía, de los cuales, 23% lo tiene EPM, 22% Codensa y 23% Electricaribe, por eso en las bases del concurso se dividió el mercado de la Región Caribe en dos: Caribe Mar y Caribe Sol. También se quitaron los limites regulatorios y se amplío a 35% la capacidad de atención para que las empresas puedan acceder a los activos de Electricaribe.
Ya EPM ha manifestado su interés por el mercado Caribe Mar, contiguo al suyo, es decir, Córdoba, Sucre, Bolívar y Cesar. Es atractivo porque tiene menos conexiones ilegales y además EPM cumple con todos los requerimientos como los US$500 millones de patrimonio y más de 600.000 usuarios atendidos en el país. La ampliación del tope a 35 % es la medida que viene como anillo al dedo para que esta compañía pueda participar, con éxito, en la subasta.
EPM ya maneja los mercados de Caldas, Santander, Quindío y Norte de Santander, y con Caribe Mar se convertiría en el principal distribuidor de energía del país. Si no hay oferentes, el Gobierno Nacional, como plan B, deberá seguir invirtiendo para garantizar la prestación del servicio. Lo que preocupa son las dificultades económicas que existen.
También es importante resaltar el esfuerzo que ha hecho el Gobierno Nacional para invertir $860.000 millones en estos últimos dos años con el fin de garantizar el servicio en el Caribe. Después de 15 años de abandono se requiere una transformación de gran parte del sistema de distribución al cual no se le hace reparación ni mantenimiento, ni ha habido proyectos de ensanche para mantenerla al día de las exigencias por la creciente demanda.
También es importante resaltar el nuevo fondo constituido con la sobretasa de energía de 4 pesos por kilovatios que se empezó a cobrar desde octubre pasado a los estratos 4, 5 y 6. También es atractivo el hecho de que el Gobierno Nacional asumió el pasivo pensional de Electricaribe por $1,7 billones.
En resumen, al fin se vislumbra una solución definitiva al problema energético de la Región Caribe para ser atendida de una manera integral, definitiva y a largo plazo. Es la base del crecimiento de toda la Región. Sin energía eléctrica confiable no habrá el desarrollo económico que necesitamos.