Atlanticenses, muchas gracias
La ciudadanía atlanticense, en forma mayoritaria, ha decidido elegirme dentro de un debate democrático y pluralista como el gobernador del departamento del Atlántico para el próximo periodo constitucional de cuatro años.
Fui elegido gracias a mi palabra apoyada en una experiencia demostrada de buen gobierno, se me reconoce como un estadista que cumple lo prometido cuya determinación guía la acción gubernamental.
Ofrezco un gobierno pluralista y tolerante como liberal socialdemócrata que soy. Fui inscrito por el glorioso Partido Liberal, en el que he militado toda mi vida pública y recibí el apoyo de diversas colectividades como los partidos políticos Cambio Radical, Conservador, Centro Democrático, ASI, Nuevo Liberalismo, Mira, Gente en Movimiento y grupos de líderes cristianos independientes lo que me une a compromisos de gobernanza que cumpliré.
Gobernaré con las estrictas reglas del Estado constitucional de Derecho y de la democracia constitucional, al respetar y garantizar los derechos humanos y las libertades civiles, bajo el entendido que todo poder está limitado por el derecho y los derechos humanos.
El amplio respaldo ciudadano recibido me ata, pero me ata aún más mi formación ética, moral, jurídica y política, el respeto a las reglas de convivencia. Insisto, me inscribí en nombre y representación del Partido Liberal y recibí el respaldo de otras fuerzas políticas; sin embargo, es un imperativo de la convivencia aclarar que no soy representante ni agente de clan alguno. Reitero, no represento ni reconozco clan alguno, y los señalamientos que se atrevan a imputar en ese sentido, no las recibo ni las contesto porque las ofensas deben quedar en las manos de los ofensores.
Mi compromiso es con la ciudadanía y gobernaré para todos. Seré un servidor de todos y en defensa de todos, no reconozco ni vencedores ni vencidos. Y con los alcaldes electos, gobernaré en unidad, sin importar si votaron o no conmigo.
Existe una regla de oro enseñada por el humanista florentino del Renacimiento Nicolás de Maquiavelo que dice: “El príncipe, por lo tanto, ni puede ni debe cumplir la palabra dada si eso lo perjudica y si desaparecieron los motivos de su promesa. Si todos los hombres fueran honestos, este principio no sería válido, pero como son perversos y no mantienen lo que prometen, tampoco uno debe mantenerlo”. Cumpliré los compromisos adquiridos desde la perspectiva de la vida pública honesta, como lo he hecho en pasadas oportunidades.
Una tercera oportunidad para gobernar es la confirmación que la ciudadanía del Atlántico ha quedado satisfecha con mis gestiones y confían en mí para una tercera. Seguiré con la lucha por la descentralización del poder político en el territorio de la república. La centralización hace invivible la vida pública y que exista más territorio que Estado. La lucha por la autonomía como libertad política de autogobierno de los departamentos y las regiones no cesa y el modelo federalista toca las puertas.
Atlanticenses, no los he defraudado ni los defraudaré. Por este motivo, muchas gracias. Mi amigo Juan Antonio Pabón Arrieta en “La democracia en América Latina: un modelo en crisis”, dice: “Dar las gracias es una manifestación de conciencia moral. Y, sin conciencia moral no es posible obra cultural alguna”. Reitero, ¡Muchas gracias!