¿Qué futuro queremos construir en nuestro país y sus regiones?
Las nuevas herramientas disponibles de algoritmos e inteligencia artificial nos obligan a repensar la visión a lo que debe dedicarse la humanidad a largo plazo.
En la agenda están asuntos como la provisión de agua limpia para todos, erradicar el hambre para siempre y apuntar a una educación más pertinente.
Tenemos que trabajar con la mayor responsabilidad y libertad para fortalecer la democracia, eliminar las dictaduras y toda actividad que atropelle los derechos humanos. Son tareas fundamentales. Se requieren fondos, dedicación y mayor poder político colectivo que incluya a mujeres y jóvenes para que dentro de procesos democráticos podamos, todos, participar de la gran construcción.
El sistema democrático nos permitirá elaborar ideas para fortalecer una sociedad de largo alcance. La clave es involucrarse en la política. El presidente Clinton en su Global Interactive Group —CGI, explicaba que en su proceso de llegar al poder fue derrotado dos veces y con esto aprendió y armó su plan político para entrar a la Casa Blanca. El que nunca pierde no aprenderá, el camino es no desistir.
Otro tema principal que se debate en escenarios internacionales es el de las migraciones que, contrario a lo que se piensa, permiten mayor desarrollo por la llegada de conocimientos y herramientas que fluyen de un país a otro y llevan precisamente mayores avances. Por eso, la gente se mueve sin parar en busca de oportunidades.
Los migrantes tienen los mismos derechos que los demás ciudadanos y necesitan mucho apoyo y seguridad porque de lo contrario entran en escena enemigos suyos como el crimen organizado que los convierten en causantes de conflictos internos porque presionan los sistemas educativos y de salud, alteran los procesos de nutrición por falta de disponibilidad y tienen, además, un impacto muy fuerte en los mercados informales.
La mayor exportación que hay desde Venezuela es de seres humanos, que han presionado nuestros sistemas de educación y salud. Se creyó que la migración sería un fenómeno pasajero, pero no, llegó para quedarse, con un impacto de más del 20 % de población adicional por atender y también se debe crecer en empleo.
El Gobierno nacional y los Gobiernos subnacionales conjuntamente con el sector privado debemos flexibilizar las políticas para crear mano de obra y fortalecer los registros de migración y visado. Esa es la evolución del mundo.
Si queremos paz, el reto será el cambio climático y la reducción de la desigualdad a través de la inclusión, reeducación y disminución de la pobreza como tareas principales. Si no hay paz, no habrá posibilidad de avanzar. Se tiene que respetar la lengua, la evolución intelectual y la cultura de los migrantes. Esa fue la principal tarea en Europa.
Hacia el futuro se habla también sobre la necesidad de construir un proceso de transición energética rápida con restricciones a la importación de petróleo, ahora somos más competitivos porque tenemos producción de energías limpias. Es otro gran cambio. A más energía limpia mayor transformación de las matrices de suministro de energía y eso permite “ecologizar la economía”.
Se deben lograr cadenas de valor que no alteren la naturaleza, por ejemplo, con los plásticos de un solo uso. Son muchas tareas en marcha por un futuro mejor. ¡Pongámonos las pilas!