El amor en los tiempos del cólera
¡Ay, mi bien! ¿Qué no haría yo por ti? /Por tenerte un segundo, alejados del mundo/Y cerquita de mi/ ¡Ay, mi bien!, como el río Magdalena/Que se funde en la arena del mar/Quiero fundirme yo en ti. Esta canción, Hay Amores, de la autoría de la poetisa Shakira Mebarak Ripoll, es la banda sonora de la película “El amor en los tiempos del cólera” ese canto al amor del nobel García Márquez. La canción es bellísima, nos presenta la unión de dos gigantes, Gabo y Shakira y la compositora ante el reto del nobel brilló, no fue vencida por lo que significaba y significa trabajar al lado del genio, es que ella es un genio.
La composición e interpretación contribuye a poetizar más “Los amores en los tiempos del cólera” en su versión fílmica. Bellísima como bellísima es la carrera artística de nuestra talentosa barranquillera. Insisto que es poetisa que no declama frente a su rica poesía, sino que la canta con su dulce voz juvenil de una caribeña que se niega a envejecer y que a medida que transcurre el tiempo sigue representando a la energía juvenil de un mundo que se le rinde a sus pies. Una poetisa Caribe que nos representa a mucho honor.
¡Ay, mi bien! ¿Qué no haría yo por ti? Es el canto al amor, a la sublimación del amor que es la entrega noble a otro, a los amigos y familias o a la humanidad, el amor como entrega solidaria y como fusión de almas y de cuerpos, como fusión de espíritus, no como rendición sino como una fusión de horizontes en la vida humana. Es que el amor como sentimiento noble implica reciprocidad de la pareja, lo que requiere del artificio de construir un nexo profundo y sólido. Ella, del amor sabe, lo sabe muy bien porque se ha consagrado a rendirle tributo en la vida artística y en la personal, es una maestra.
Y la bella metáfora que acompaña el inicio de la película “El amor en los años del cólera” en la que la voz acompaña a la imagen del Río Magdalena al fundirse con las arenas del mar es cercana a la perfección. El resultado de la combinación de genios de Gabo, Shakira y el director Newell, es una obra de arte. Es un mundo cercano a la perfección.
Pero no solo Shakira le prestó su genio de compositora con su canción con “Hay Amores”, también ese talento se lo prestó con su canción “Despedida” en la misma película en la que muestra el alcance de la partida final como muerte del amor. Es que la terminación de la vida es como la terminación del amor. Canta: “No hay más cielo, no hay. No hay más viento, no hay. No hay más hielo no hay. No hay más fuego, no hay. No hay más vida, no hay. No hay más vida, no hay. No hay más rabia, no hay. No hay más sueño, no hay”.
Pero ella sabe, más que nadie, como representante de la mujer, género sobre la que siempre se construye el mundo como toda una Úrsula Iguarán que frente a opresión, el abandono, la muerte, la respuesta, es la vida. Lo enseñó Gabo en su discurso “La soledad de América Latina” en la histórica noche de 1982 cuando recibió el Nobel de Literatura. Ella es un Nobel, no se lo han conferido, pero lo merece, porque lo es.
Hablando de García Márquez, no se olvida que, él tenía una gran estimación al talento de Shakira, a la que le dedicó un artículo en junio de 1999. Gabo de ella, dijo: “… su genio creativo, su voluntad de granito y una ciudad natal propensa a la invención artística solo podía ser los gérmenes de un tan raro destino… La música de Shakira tiene una impronta personal que no se le parece a nadie, y nadie le canta ni la baila como ella a ninguna edad con una sensualidad inocente que parece inventada por ella”. Shakira, gigante en un mundo con mucho espíritu enano.