En Chile, el “desafío” es la regionalización, y… ¿Colombia?
Contrasta notablemente la actitud obsoleta de los gobiernos centralistas de Colombia con la claridad del gobierno de Michelle Bachelet para proponer como su “desafío supremo” la regionalización de Chile ¿Cuándo será posible esto en nuestro país?
En su primer discurso, al llegar al Palacio de la Moneda, el pasado 14 de marzo, la Presidenta, planteó: “el único camino posible es desarrollar una estrategia para lograr una regionalización efectiva y poder descentralizar la forma de decisiones con que se gobiernan en la actualidad las regiones. Hay que reconocer que las regiones son estructuras independientes con vida propia y capaces de manejarse con autonomía, aportando así al desarrollo nacional desde lo propio”.
Bachelet manifestó que “es en las regiones donde se vive el yugo del centralismo y la inequidad, y esto es por la manera como se toman las decisiones que causan gran zozobra que, por la intransigencia con las que se ha administrado desde el Palacio de la Moneda, se toman decisiones sobre el futuro de las regiones sin pasar necesariamente por el análisis de las necesidades regionales”.
En la actualidad -según Bachelet- los gobiernos regionales de hoy carecen de autodeterminación. “Los actuales intendentes chilenos se transformaron en simples buzones sin poder tomar decisión alguna, con ninguna posibilidad de proponer o de actuar”, sostuvo.
Así mismo, consideró que la gran falencia del gobierno de Sebastián Piñera fue no haber entendido la dimensión regional e impedir la autonomía regional. Esa fue la cuenta de cobro que Chile le pasó en las pasadas elecciones. Por el contrario, centralizó aún más el poder.
Bachelet considera, además, que lo más importante es entender y reconocer el capital humano como el valor más determinante con el que puede contar cada región para proyectarse y desarrollarse. Tienen que desarrollar sus habilidades para poder autogobernarse.
Ratificamos que este reto que Bachelet lanza a Chile contrasta con el temor que permanentemente se ha tenido en Colombia de hacer los cambios en la estructura del Estado que permitan lograr un Estado Regional.
Se le mira como una posibilidad peligrosa y se trunca todos los caminos que conducen a una verdadera regionalización del país.
La simple descentralización se analiza como de “dudosa necesidad” y, por el contrario, se alimenta y justifica el modelo centralista con argumentos que menosprecian el querer de los ciudadanos de las regiones.
El movimiento político, plural e inclusivo Colombia País de Regiones insistirá en la importancia de la Autonomía Regional como el mejor modelo para desarrollar social, económica, geopolítica y culturalmente nuestro país. Debemos lograr figuras federalistas del Estado.
A nivel internacional, tenemos el ejemplo de países que han logrado altos niveles de desarrollo por haber construido modelos federalistas como los Estados Unidos. Estados Federales no tienen que pedir permisos para generar riquezas ni para definir su rumbo. No deben seguir los lineamientos de un gobierno centralista que no los entiende ni comprende. Es la libertad política la que debemos construir.
Por el contrario, en nuestro país, las regiones dependen mental, emocional, económica y programáticamente de lo que defina el gobierno centralista de Bogotá que se agiganta y, por lo tanto, es más ineficiente, más ausente lo que aumenta la pobreza en las regiones que siguen esclavizadas a las políticas del régimen presidencialista.
Esa es la lucha. Hay que construir nuestro propio Estado Regional, pero contrario a la claridad que hay en Chile, en Colombia se le tiene miedo a la autonomía regional por los beneficios que les genera a los centralistas que ostentar el poder.