Guerra contra la pobreza
Es tiempo de grandeza, de acudir a la solidaridad y que sea sostenible en el tiempo. Por eso debemos pasar de la crítica a la acción y buscar entre todos políticas públicas que permitan pensar en nuestros compatriotas que hoy la están pasando mal, colombianos que por la pandemia necesitan de nuestra ayuda, pues han quedado sin empleo, sin recursos y sin qué comer.
La pandemia golpeó los pilares más sensibles de nuestra sociedad y desnudó algunas problemáticas estructurales que tenemos que solucionar entre todos los colombianos. Las próximas elecciones no van a ser del que más divida, sino, del que una, del que más proponga ideas para ganarle la batalla a nuestro enemigo común, la pobreza.
Nuestra propuesta es pasar el Ingreso Solidario de 3,2 millones a 5,7 millones de familias, que son las mas vulnerables, esto debe ser fruto de un gran pacto social con visión de largo plazo, de austeridad plena del Estado, congelando la nómina pública por 10 años, aplazando la deducción del ICA por un tiempo, y, suspender la progresividad en la reducción del 38 al 30 del Impuesto a la Renta para empresas.
Es el momento del “todos ponen”, que ayudará a cuidar lo público y tener sentido de pertenencia, eso sí, sin que se roben la platica de los colombianos que, es SAGRADA. Pensemos en combinar el impuesto al consumo con el impuesto del IVA con una tarifa de 12%, con un solo 7% deducible, sería la combinación perfecta, sería un gana-gana.
Este gran pacto social beneficiaría a millones de familias, con educación gratuita técnica y profesional para los estratos 1, 2 y 3 en carreras que demanda el mercado, que llegue el ingreso solidario acumulado ósea, cerca de $1 millón, por eso la disyuntiva es: O sacamos está reforma social o nos quebramos como país. En las grandes crisis es cuando afloran las grandes cambios para transformar las naciones.
Otra de las propuestas que nos estamos planteando es la de eliminar los estratos sociales, que generan segregación y no son eficientes, planteando un registro universal social nuevo, que permita cruzar la información de manera más precisa y podamos enfocarnos en las personas que están sumidas en la pobreza, porque esta pandemia nos dejó ver que también existen familias de estratos tres al seis que padecen la llamada pobreza oculta. Ese registro universal nos facilitaría llegar al ciudadano y que este pueda levantar la mano y decir: aquí estoy y estas son mis necesidades.
Es el momento de eliminar el odio de clases y el radicalismo, necesitamos escucharnos más y dejar las prevenciones, es la hora de pensar en grande.