La lucha contra el cambio climático
Hace años tuve la oportunidad de viajar a Kioto, donde inició la batalla frontal contra de la emisión de gases de efecto invernadero y el cambio climático. Desde ese entonces he sido un convencido de la importancia de cerrar filas en defensa del planeta y de tomar conciencia sobre las consecuencias de nuestras acciones en el medio ambiente.
Desde la cumbre de la Tierra en la década de los 90 tanto los países industrializados, como emergentes, fueron advertidos por científicos y ambientalistas de la importancia de frenar el ritmo de crecimientos de sus prácticas de consumo, basadas en la sobreexplotación de los recursos naturales y el cambio climático. A partir de los anterior, se acuñó la frase “desarrollo sostenible”, y se impusieron varias metas, que hoy treinta años después parecería que todo lo proyectado se quedó en buenas intenciones y mucho de ello terminó en letra muerta, pues sus alcances siguen siendo mediocres, frente a los retos de hacerle frente a las tragedias y desastres provocados por los fuertes y abruptos cambios de la naturaleza.
El mundo ha venido publicitando las cumbres mundiales de Johannesburgo 2002, Bali 2007, Copenhague 2009, Doha 2012 y la Cop21 en París hace un año, que estableció la lucha global contra el cambio climático, más de 190 países exceptuando Estados Unidos, se comprometieron a enfrentar el calentamiento global y evitar que las temperaturas terminen superando los 2 grados centígrados, pues esto tendría efectos irreversibles en la vida del planeta, condenando a la desaparición de centenares de especies de fauna y flora, afectando la vida marina y las comunidades que habitan en las zonas costeras, de acuerdo con estudios de científicos y geógrafos.
Colombia como país mega diverso, se comprometió a bajar sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 20% al año 2030, en lo que ha venido trabajando el presidente Iván Duque, desde diferentes frentes, con la creación de energías renovables y alternativas limpias de los parques de energía solar del Paso en el Cesar, la granja solar Planta de Pétalo de Córdoba I, la planta solar Bayunca I y Bayunca II en Bolívar, una verdadera revolución de energías limpias que no se han quedado en palabras y que siguen avanzando a todo vapor en diferentes regiones del país, así como su meta de sembrar 180 millones de árboles, de los cuales ya se han plantado 50 millones para reforestar y contrarrestar el desmonte de bosques y selvas ocasionado por la tala indiscriminada de los contrabandistas de la madera, los cultivos ilícitos y los colonos que le siguen apostando a la ampliación de la frontera agrícola.
En nuestra agenda legislativa el ambiente ha estado en primera plana, desde el Congreso no solo propuse la ley para desincentivar el uso de bolsas plásticas que ha permitido frenar el uso desbordado de embalajes plásticos, cambiar la mentalidad en las grandes superficies y centros comerciales, y ahora estamos avanzando en una agenda verde con dos proyectos de ley, el de arborización urbana que nos permitiría crear ciudades más verdes y revitalizar los bosques circundantes de ciudades y municipios, junto con el Código Único de Reciclaje que buscará unificar toda la legislación alrededor de la reutilización de residuos sólidos, y el manejo sostenible de las basuras.
Dos proyectos ambiciosos para un país mega diverso que debe combatir la deforestación y organizar todo el reciclaje para enfrentar otro reto macro como lo son las basuras y sus disposiciones en los rellenos sanitarios que ya viene colapsando.