Resiliencia. Palabra de moda que hoy nos lleva a pensar en cómo podemos transformarnos y producir cambios que nos permitan hablar más y encontrarnos. En este caso, sobre las 6 garantías en la JEP propuestas por el presidente Iván Duque, al que le han llovido múltiples voces de apoyo y toda serie de críticas, que afirman que con esta decisión se le estaría dando un golpe de gracia que podría dar al traste con los acuerdos, reflejando el alto grado de desconocimiento que persiste frente al funcionamiento del tribunal especial de justicia.

Las posiciones inflexibles que aseguran que las objeciones a seis artículos de los 159 de la Ley Estatutaria van a desatar un choque de trenes, al parecer no ha permitido, que oposición y columnistas, puedan tener una visión más clara y sin apasionamientos de la perspectiva que tiene el presidente Duque sobre la JEP, lo que hasta el momento los pone como unos espectadores lejanos cuya visión parece quedarse en los árboles, mientras el grueso del bosque se presenta como un espejismo.

El presidente Duque ha hecho un llamado a trabajar en lo que nos une, por ello es importante que todos podamos ceder y dejar a un lado el egoísmo del gobierno anterior, que por su vanidad no logró construir un Acuerdo Nacional. Es el momento de unirnos en que las víctimas sean reparadas integralmente, que el Alto Comisionado para la Paz postule y verifique quienes son miembros de grupos armados al margen de la ley y así evitar colados. Aclarar cuáles son las competencias de la Fiscalía y sus alcances al suspender investigaciones de los procesados por la JEP. Que se haga todo el esfuerzo para obtener justicia y verdad antes de renunciar a la acción penal en los crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad. Recoger lo que se había dicho en la ley de procedimiento y aclarar y reiterar que la Sección de Revisión de la JEP, no puede practicar pruebas en los casos de extradición para proteger la cooperación judicial internacional. Que los que se acojan a la JEP ofreciendo verdad, lo hagan en un término y una oportunidad y no a cuenta gotas.

¿Esto nos hace enemigos de la paz? Nada más absurdo, si se tiene en cuenta que el mandatario, pese a las presiones, siempre ha mantenido su compromiso con el post conflicto, posición que reafirmó durante su alocución presidencial, y con la visita al ETCR del Cesar, donde reiteró que el País hoy tiene una oportunidad única para construir un consenso Nacional alrededor de lo que nos une y no sobre lo que nos divide, rebatiendo a aquellos que persisten en polarizar a los colombianos. Estamos a seis artículos de pasar la página y dejar atrás la expresión que ha hecho carrera en el país, donde se gradúa como enemigos y amigos de la paz.

Si nos oímos más y dejamos tanta desconfianza podremos encontrarnos para que este tribunal funcione y alcanzar una genuina garantía de Justicia, Verdad, Reparación y que nunca más se vuelvan a repetir los horrores que Colombia ha vivido en su historia.