Mientras el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, define las energías limpias como “estafa”, arremete contra la transición energética, niega la crisis climática y le pone obstáculos a la instalación de granjas solares y campos de aerogeneradores eólicos, en Colombia, la oposición política que le idolatra arma un escándalo mediático porque un campo eólico de La Guajira no logra entrar en operación en el tiempo previsto. Mientras Norteamérica le declara la guerra a la transición energética, en la Celac, ahora con el presidente Petro a la cabeza, se habla de generar grandes cantidades de energía limpia para trasmitirla por el continente.
Esa oposición sigue defendiendo el pasado mientras el Gobierno del Cambio avanza. Podemos informar y celebrar que desde agosto de 2022 hasta hoy hemos multiplicado por 15 la generación de energía limpia, que esas energías ya representa 11% de la matriz energética y que podremos llegar a 20% en agosto de 2026. Hay una revolución energética en curso en Colombia.
El 20 de agosto SER Colombia, el gremio de las empresas de energía limpia, celebrará con sus afiliados que superamos la cifra de 2.5 gigavatios generados usando el sol. Un hito del gobierno de Gustavo Petro. Un logro en este camino con bastantes dificultades, que estamos superando con un modelo de planeación, diagnóstico y puesta en marcha de soluciones alternativas, coordinado con todas las entidades públicas del sector de la energía y en permanente conversación con el sector privado y las organizaciones sociales. También SER Colombia reconoció que, de ocho grandes medidas solicitadas para acelerar la transición a energías limpias, en un mes avanzamos en cinco y las otras tres están en proceso. Estamos cumpliendo el compromiso de nuestro gobierno de impulsar la transición energética justa de manera coordinada y concertada.
Un ejemplo de esa articulación institucional es el proyecto de decreto de Licencia Ambiental Solar que permitirá reducir hasta en 70% los tiempos de trámite para proyectos solares con capacidades entre 10 y 100 megavatios. Esperamos hacer algo similar para proyectos geotérmicos, eólicos, Pequeñas Centrales Hidroeléctricas , PCH, y líneas de transmisión. Al mismo tiempo la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, Anla, anunció que espera duplicar el número de las licencias ambientales para proyectos de energías limpias con respecto a las administraciones anteriores. Ya va en un 57%. Algo a lo que no se le dio mucha prensa nacional.
También es un avance el proyecto de resolución de la Comisión de Regulación de Energía y Gas, Creg, 701 095, con la que esperamos reasignar puntos de conexión a proyectos con verdadero compromiso y madurez técnica luego de un proceso de liberación de más de 2GW de capacidad liderado por la Upme.
En cuanto a transmisión hace dos semanas Intercolombia entregó al país la interconexión Cuestecitas - Copey - Fundación, mientras el tramo Cuestecitas-Colectora avanza en un 90% tras superar más de 200 consultas previas y trámites ambientales.
Trabajamos en generación limpia, en transmisión, pero también en nuevas fórmulas para reducir el valor de la energía eléctrica de los hogares colombianos. Recientemente en colaboración con Emcali presentamos el programa piloto de lo que queremos que sea “Colombia Solar”: cerca de 2.000 hogares que hoy autogeneran energía limpia, pagan cero pesos en sus facturas, producen excedentes les permite pagar además el servicio de agua potable y de paso contribuyen con reducir el impacto fiscal generando por los pagos de subsidios.
En este proyecto estimamos que los ahorros anuales para las familias son de cerca de $1.800 millones y los ahorros al presupuesto general de la nación por cuenta de reducción de subsidios serán $1.200 millones.
Más de 300 “comunidades energéticas” en operación están llevando energía barata a comunidades vulnerables, plazas de mercado, tiendas de barrio, hospitales, escuelas, reduciendo costos y democratizando el sistema energético del país. En lo que queda del año dejaremos contratados cerca de un billón de pesos en ese tipo de soluciones energéticas a través de operadores de red, alcaldías o gobernaciones.
Hay una ola de cambio que demuestra que la transición y las tarifas son relevantes para el pueblo colombiano y que estamos cumpliendo, no solo en cambiar la matriz energética, sino en la democratización del acceso y en la universalización del derecho a la energía. Lo que antes fue un tema reservado para pocos que lo disfrazaban de técnico hoy es un debate público, ahora todos hablamos de transición energética justa, incluyendo los pequeños mineros del carbón que queremos reconvertir en el corto plazo en administradores y operadores de sistemas de energías limpias como lo ha orientado el señor Presidente y lo acordamos recientemente en Boyacá.
Volviendo al retroceso que está experimentando EE.UU. en torno a la transición energética me respondió recientemente un amigo español: “Eso nos ayuda a la gente normal”. Esa gente “normal” que en Colombia cada vez siente más optimismo gracias a los buenos resultados económicos, como lo señaló recientemente Fedesarrollo al revelar el Índice de Confianza en el Consumidor. El país nacional siempre superando al país político.