Menos cálculos políticos y más propuestas
En medio del debate suscitado en torno a la reforma tributaria radicada por el Gobierno Nacional, no podemos olvidar que la forma más eficaz de estabilizar las finanzas públicas y los programas sociales es a través del crecimiento económico y no únicamente por medio de reformas tributarias. ¿Qué actividad económica se va a gravar para conseguir ingresos fiscales si la economía colapsa? ¿Qué salarios? ¿Qué riquezas?
Pero en medio de la agitación social que vivimos, hay quienes nos muestran un camino fácil, simplista y populista: postergar decisiones, dividir y generar caos. En el transcurso de la semana vimos cómo de parte de algunos líderes políticos y de opinión fluyeron insultos, improperios y señalamientos al Congreso y a algunos Ministros por la reforma radicada. Las justificaciones para no acompañar dicha propuesta son las elecciones de 2022. Estas son su principal cálculo y no lo que pase con nuestro país en los próximos meses.
Las dificultades y necesidades de la población no dan espera. Los indicadores de pobreza, desempleo, inseguridad y hambre en nuestro país se han disparado producto de los efectos de la pandemia y ésta aún no termina. Para muchos hogares el programa de Ingreso Solidario se ha convertido en su única fuente de ingresos, pero este programa únicamente tiene recursos garantizados hasta junio. Algo similar sucede con el Programa de Apoyo al Empleo Formal (Paef) que ha permitido mantener a flote miles de empleos.
El problema de financiación de corto plazo es real e inmediato. El gobierno debe seguir buscando el camino para generar un consenso en torno a la reforma tributaria para poder lograr la consecución de recursos, pero teniendo claro que esta no se puede fundamentar en afectar al colombiano de clase media o vulnerable de nuestro país que con tanto sacrificio ha sobrellevado la mayor carga de la pandemia.
Propuestas hay muchas y progresivas, aunque algunos pirómanos de la institucionalidad y precandidatos de 2022 se opongan con vehemencia. Dentro de estas se encuentran el desmonte de los beneficios tributarios a las zonas francas y megainversiones, impuestos progresivos sobre los dividendos y patrimonio, la suspensión del descuento del ICA, el aplazamiento de la disminución de un punto porcentual en el impuesto de renta para personas jurídicas en 2021, la implementación de una sobretasa a las bebidas azucaradas o la venta de activos en manos de la SAE. La deuda de hoy son los impuestos del mañana, concluía el economista David Ricardo.
Pero para el mediano y largo plazo las estrategias de sostenibilidad fiscal y social deben ser más estructurales y fundamentadas en el crecimiento y competitividad del país. Colombia requiere liderazgos con esta visión. Tenemos la oportunidad de apoyar y desarrollar sectores estratégicos como el agropecuario o de infraestructura donde hay mucho o casi todo por hacer. Allí están las fuentes de crecimiento y desarrollo del país.
Posdata: ¡estamos a un debate para lograr que sea ley de la República el proyecto de ley 310 de 2020C – 387 de 2021S de mi autoría, iniciativa que permitirá una inyección de $5 billones a las Mipymes y emprendimientos nacionales!