Culminó la legislatura con un gran logro para todos los empresarios colombianos y especialmente para quienes aspiren a un empleo digno: la aprobación del proyecto de ley de mi autoría a través del cual se fortalece el emprendimiento y escalamiento de las micro, pequeñas y medianas empresas del país. A esta fecha, solo falta la sanción presidencial para disfrutar sus beneficios.
En estos momentos tan difíciles que vive el país hablar de “solidaridad” no puede ser solo un discurso, o una vana ilusión para captar titulares y sembrar esperanzas. Con esta ley demostramos que es posible la reactivación económica. Los fondos privados de pensiones deberán invertir en los siguientes dos años al menos $9,6 billones de pesos en empresas colombianas diferentes al sector financiero.
Son muchas las leyes aprobadas en el Congreso, pero esta tiene la virtud de proyectar múltiples y significativos beneficios para miles de compatriotas. Los colombianos no queremos vivir de subsidios temporales, lo que buscamos es un trabajo digno y enriquecedor, que nos permita soñar con un mejor mañana y esto no se logra si no confiamos en nuestras empresas y en nuestros emprendedores. Por eso debemos invertir más en ellas y en ellos.
Además, las inversiones en compañías colombianas que no cotizan en bolsa o que no emiten bonos han mostrado ser más rentables que invertir en deuda pública o en el mercado accionario local en los últimos 10 años. Es por ello que a los vehículos de inversión denominados como Fondos de Capital Privado o de Deuda Privada se les conoce como “capital inteligente”. Son estos vehículos los encargados de realizar las inversiones. Son el motor de instituciones como iNNpulsa Colombia, que apoya el emprendimiento, o de grandes obras de infraestructura del país o de un sin número de compañías que hoy día generan miles de empleos a lo largo del territorio colombiano con los decadentes recursos con que cuentan.
La recuperación de la economía no se puede fundamentar en frases motivacionales, discursos de campaña o metas a 10 años que no se cumplen. Sus fundamentos se deben materializar en hechos concretos, en metas ciertas, en resultados verificables. Este proyecto de ley al asegurar que como mínimo un 3% de los ahorros pensionales tengan que ser invertidos en Colombia, significa que en la medida que nuestros ahorros pensionales crezcan, el valor en pesos de las inversiones en empresas colombianas deba crecer, lo que a su vez generará más empleo y mayores ahorros pensionales.
En lo personal, esta iniciativa tiene gran significancia. Se va a constituir en una ley de muy alto impacto llevando COP$ 5.1 billones de pesos frescos a las empresas colombianas, que a su vez contratarán a al menos 160 mil trabajadores que tendrán un empleo digno y formal, mientras que los ahorros pensionales rentan más. Es una muestra por parte de este servidor y de quienes con su voto positivo apoyaron este proyecto, que desde el Congreso se toman decisiones para una reactivación real e inmediata en favor de nuestro tejido empresarial y de la generación de puestos de trabajo.
Posdata: Espero que en el proceso de diálogo y concertación para presentar una reforma tributaria el próximo julio, en verdad sean tenidas en cuenta las opiniones de las diferentes vertientes políticas y que esta llegue lo suficientemente concertada para evitar otro traspié que ni las agencias calificadoras, ni el país, resistirían.