Un rasgo distintivo y psicológico del pensamiento maquiavélico, que ha trascendido a través de la historia y ha impregnado la política pública, así como el sector privado, tiene que ver con el de la personalidad hipócrita, falsaria, calculadora, falta de empatía y que subordina todo al propio beneficio. “Confunde y reinarás” es la premisa para vencer. La cantidad de sucesos políticos, económicos y sociales hacen indispensable la seriedad y la objetividad en el manejo de la información. Los medios de comunicación, día a día, tratan de la mejor manera con sus fuentes, mantener a la opinión pública informada y al tanto del minuto a minuto de nuestro país.

Por otro lado, las redes sociales acompañan estos hechos, pero lamentablemente en muchos casos tergiversan la información o simplemente la convierten en fake news. El acceso a este estilo de medios lo puede tener cualquier ciudadano y basta con un clic para creer que se tiene la verdad. A eso mismo están recurriendo los gobiernos y opositores, lo más grave muchas veces sin corroborar la veracidad.

Quiere decir que nuestras instituciones y nuestra democracia hoy dependen de los medios de información y del número de clics o likes que ellos tengan, un círculo vicioso de información que vulnera los derechos y el criterio.

Para agravar la situación, la precariedad de nuestro sistema educativo hace que muchos jóvenes encuentren, como única herramienta de educación, sus dispositivos celulares y las redes sociales. Grave, muy grave que la “emocio-cracia” sea el futuro que nos espera.

Aquel capaz de levantar resentimiento, odio y amarillismo será el vencedor. Bodegas, expertos en redes y marketing digital se convierten hoy en el arsenal que todo líder debe tener, pues saben que es la mejor manera de manipular como borregos a sus seguidores. Sumado a ello, la inteligencia artificial va generando algoritmos para alienar aún más. Llegamos, lamentablemente, a vernos como los zombis de ‘The Walking Dead’ según nos dicten las redes.

Estamos regresando a lo más profundo de Maquiavelo “el fin justifica los medios” a través de los ambientes digitales. Es urgente proponer la regulación de estos ámbitos y también la sanción en los casos que lo requiera. ¡Todos estamos en peligro!