Una verdad incómoda para los que quieren acabar con EPM
Escrito por: Alberto Arroyave, Andrés Bernal, Carlos Raúl Yepes, Claudia Jiménez, Elena Rico, Gabriel Ricardo Maya, Javier Gutiérrez, Luis Fernando Arbeláez, Manuel Santiago Mejía, Rubén Fernández y Tatyana Aristizabal
Es desconcertante la forma en que actores políticos despliegan estrategias de desinformación alrededor de Empresas Públicas de Medellín y su historia de éxito con el único fin de polarizar a la opinión pública y cosechar aplausos entre sus áulicos. Una muestra de esa desgracia es la columna firmada por el exgobernador Luis Pérez y publicada por este diario en pasados días.
Los argumentos allí expuestos, además de manipulados, desvelan una estrategia que resulta inentendible: atacar sin justificación - y peor aún con insinuaciones infundadas- a la compañía, profundizando la zozobra que se vive hoy a su alrededor y minando su futuro y su estabilidad económica y reputacional. ¿Cuál es la pretensión con todo esto? La verdad es que la única consecuencia que va a tener tan oscura estrategia es afectar gravemente el patrimonio que encarna EPM para los antioqueños y los colombianos. Vamos a los hechos:
En su columna el exgobernador Luis Pérez Gutiérrez retoma el más reciente informe oficial de noviembre de 2020 y señala que “en los últimos 16 años, los pasivos y deudas de EPM crecieron 15 veces y su patrimonio solo dos veces. Los pasivos crecen a 23% anual y el patrimonio por debajo del 2% anual. Desequilibrio financiero grave (…)”.
Pérez compara las cifras al término de su mandato como alcalde en 2004 con cifras de 2020, pero omite información. Es obvio que una compañía que está construyendo una Hidroeléctrica cuya inversión a la fecha excede los $12 billones, que solo generará caja por ese proyecto cuando inicie operación en el año 2021, y que se estima será de cerca de $1 billón anual, requiere endeudarse.
Las últimas cifras del Grupo EPM muestran unos activos por $62,8 billones y unos pasivos por $37,9 billones, lo que equivale a un endeudamiento de 60,4%, que es muy razonable para una compañía de este sector. Pero si se le restara la inversión en Hidroituango, los pasivos bajarían a cerca de $26 billones y el endeudamiento sería de 51%. La pregunta para él, y para quienes quieren destruir a la empresa, sería si quieren que EPM crezca o se quede pequeña para hacerla irrelevante.
Se equivoca al contabilizar como pérdidas, la inversión, los costos adicionales tras el siniestro y se suman como ingresos los pagos que hagan las aseguradoras. Igualmente, las multas y sanciones ya se han llevado al gasto. Y respecto al proyecto en Costa Caribe, es una decisión de la última nueva Junta Directiva, que, dicho sea de paso, no ha informado de manera clara de cuánto serán las inversiones y retornos en el marco de una coyuntura especialmente complicada como la actual.
En su siguiente punto, Pérez manifiesta que “El Indicador Deuda/Ebitda, en su peor momento de la historia”. En este apartado, las cifras que comparte el exalcalde están incompletas, ya que en la información relevante que emitió EPM, se lee: “el indicador Deuda Neta/Ebitda se ubicó en 3,40 para el Grupo EPM y en 4,77 en EPM Matriz”. Acá le faltó entender que las cifras que revisan los bancos y calificadoras son las del Grupo EPM, que es la entidad que consolida todas las cifras y que, como bien se lee, el indicador sigue por debajo del 3,5, lo que demuestra la salud financiera del Grupo.
En su tercer argumento, Pérez sostiene que las “inversiones en el exterior siguen siendo un desastre (…)”. Acá el exalcalde tiene otro error contable. Cuando una empresa compra otra, o adquiere el control, su patrimonio no cambia: baja la caja para pagar las acciones, se incrementa el rubro de inversiones con las acciones que compró y se incrementa el pasivo si se tomó deuda para adquirirla. Respecto a las inversiones en el exterior, es cierto que la inversión de Panamá tuvo costos adicionales muy relevantes, y las explicaciones ya se han dado.
Sin embargo, omite informar que para EPM sus inversiones en el exterior le generan un 33% de los ingresos y que, analizándolas en conjunto, han sido un buen negocio y con VPN positivo.
Además, atenta contra el buen nombre de quienes han liderado a EPM durante los últimos 16 años con argumentos ligeros, como que “Empresas de EPM en el exterior nadie las vigila. Dice la Contraloría en su informe (junio 2020) que los directivos de EPM se niegan a entregar información de empresas que EPM tiene en el exterior, alegando que no son empresas colombianas y la Contraloría de Medellín no tiene competencia en empresas extranjeras”.
Señor Pérez, la definición del alcance de la Contraloría es regulatoria, y así como no tienen alcance sobre empresas en el exterior de EPM, tampoco lo tienen sobre otras empresas públicas que han invertido en el exterior. EPM ha sido, al menos hasta 2019, una entidad que ha presentado los resultados públicamente, ha sido revisada por las dos firmas calificadoras de riesgo más importantes del mundo, ha tenido auditorías de muchas firmas internacionales en cada emisión de bonos en los últimos 10 años y su revisoría fiscal es una de las cuatro mejores empresas auditoras del mundo.
Finalmente, señor exalcalde, las inversiones en el exterior de EPM le han permitido diversificar sus ingresos y sus riesgos, acceder a nuevos conocimientos, obtener créditos internacionales a tasas muy atractivas, sortear momentos complicados cuando los negocios en Colombia tienen ciclos negativos, y con ello, es que la Alcaldía de Medellín en los últimos ocho años ha recibido dividendos crecientes para el bienestar de sus ciudadanos.
Quedarse local, en Antioquia, sin crecer, jamás hubiera permitido el beneficio para el país y sus regiones que a fecha reciente ha logrado el Grupo EPM. Estas han hecho posible que los excedentes que se le entregan al Municipio de Medellín hayan pasado de $326.268 millones en 2004 a $1,28 billones en 2019 con un crecimiento de 300%, excedentes que recordemos representan del orden de 25% de los ingresos del presupuesto anual del Municipio.
Estos excedentes a su vez están soportados en unos dividendos de subsidiarias y asociadas que pasaron de $82.447 millones en 2004 a $697.521 millones en 2019 con un crecimiento del 750%, que comparados con los excedentes en ese año representan el 54%, clara señal de la importancia de las filiales de EPM en las cifras del Grupo y para la ciudad.
No de otra manera se explica que las agencias calificadoras hayan mantenido la clasificación de grado de inversión al Grupo EPM y el éxito en las colocaciones y las operaciones de crédito en los mercados financieros, luego de los detallados análisis que siempre se desarrollan por parte de estas entidades.
Le insistimos al señor Pérez y a quienes le secundan en esta cruzada contra los intereses de todos los antioqueños en nuestro llamado a que los debates se den con argumentos y lealtad. A nadie la conviene incrementar la zozobra que ya existe en EPM y que pueden poner en serio riesgo el futuro de EPM. O cuéntennos, ¿a ustedes sí les conviene?