De las redes a las urnas
La Constitución de 1991 trajo consigo importantes implicaciones para el sistema político colombiano, otorgándole a la democracia representativa y a los partidos, mecanismos de participación popular diversos para su robustecimiento a fin de que la ciudadanía tenga plenas garantías de representación de sus intereses en las manos de estos líderes.
Durante el último año, mucho se viene hablando de lo que es el tema más importante de la agenda nacional: los comicios electorales de Congreso y Presidencia de la República para los próximos cuatro años, lo cual sin duda no merece una atención menor. Todas las ciudades y municipios están repletos de publicidad política pagada, pero no solo allí las campañas hacen sus apuestas. El pulso para saber el nivel de posicionamiento e influencia de un candidato también lo arrojan los números de sus redes sociales, de ahí que internet sea la nueva arena política donde las candidaturas buscan posicionarse a través de un hashtag sonado, ganar seguidores, likes, re-tweets, ser tendencia, lograr interacciones donde no se salga del sonajero y por supuesto, traducir esto a votos. El objetivo es básicamente ganar. Gran parte del éxito o fracaso de una campaña política depende de la comunicación estratégica de su mensaje, piedra angular para conectar al votante con su candidato. Desde la elección de Barack Obama en 2008, internet se ha convertido en la plataforma de comunicación e innovación para las campañas electorales y los gobiernos que buscan interactuar con la ciudadanía y transmitir sus propuestas, mensajes o logros; no es gratuito que la ciudadanía esté cada vez más activa políticamente a través de las facilidades de comunicación que ofrecen las redes sociales, pero ¿cómo conectar con el electorado eficazmente? El verdadero reto es pasar de likes a votos.
Las claves para sobresalir son varias. En primer lugar, es indispensable entender los reclamos de la ciudadanía que se quiere seducir; proponer soluciones viables alejadas del populismo a esos problemas en slogans cortos pero creativos, profundos y coherentes para difundir con la facilidad de un clic, pues el valor agregado de estas plataformas es la capacidad de ser agentes multiplicadores de contenido que cuando llama la atención y el interés, invita al ciudadano a conocer más y mejor una propuesta política. Una de las grandes ventajas de las redes sociales está en aprovechar la facilidad de interactuar con los ciudadanos para que se puedan sentir cercanos, escuchados y sepan que sus intereses podrían estar plenamente representados.
Plataformas como Tik Tok, Instagram, Twitter y Facebook son espacios tan importantes como la prensa llámese radio o televisión y la campaña que no tenga presente dentro de sus targets vincularse y sobresalir en esta ciber-plaza, seguramente estará perdiendo un potencial decisivo que puede traducirse a miles de votos.
El reto es inmenso y en la innovación está la capacidad de vencer o morir, pues la competencia por las curules para senado y cámara de representantes exige la confluencia de muchas herramientas que van mas allá de un buen slogan de campaña o eficiente comunicación estratégica; exigen verdadero compromiso; lo importante es que quienes lleguen a ocupar esta dignidad sepan cumplirle a quienes por convicción depositaron su confianza en uno u otro proyecto. Este país no merece menos que políticos con capacidad de liderazgo, vocación de servicio hacia la gente y ganas suficientes para librar batallas que permitan saber servirle bien a Colombia.