El gigante colombiano
Mucho se habla por estos días saturados de polarización del rol de la clase política en el andamiaje social, o de la responsabilidad colectiva que como ciudadanos nos convoca a repensar el futuro presintiendo un sinfín de desafíos por afrontar. Sin embargo, poco se menciona el papel del empresariado en Colombia, cuyo compromiso con la promoción del desarrollo y la construcción de país ha sido incesante.
El tejido empresarial colombiano representa la pujanza y convicción de miles de hombres y mujeres que detrás de una pasión e inmenso esfuerzo han entregado la mayor parte de su vida a hacer de esta una nación más próspera, competitiva y capaz de abrir caminos que transformen sueños en realidades; ese es el caso de don Mario Hernández.
Considerado uno de los empresarios emblema de nuestro país y con el inquebrantable propósito de poner a Colombia en lo más alto y resaltar desde el orgullo nuestra identidad a partir del sentido de pertenencia y el talento local, ha logrado edificar el imperio del cuero y la marroquinería cuyo nombre hoy es sinónimo de calidad, exclusividad y buen gusto. Es tal la proyección de su compañía, que su sello compite directamente con las marcas de lujo más importantes de Europa; eso sí conservando la premisa de no ser los más grandes sino los mejores.
Con 68 tiendas entre Colombia, Venezuela, Costa Rica y Panamá, 600 empleos directos y 1.500 indirectos entre satélites y proveedores, Mario Hernández sostiene que su mayor activo está en su gente. Durante la pandemia, donde con absoluta contundencia se evidenció la fragilidad de la cotidianidad y la vida, el empresario no permitió el despido de ninguno de sus empleados; asumió las pérdidas económicas producto de las restricciones que pusieron a prueba no solo la economía sino el talante de la humanidad. Como en tiempos de crisis nacen oportunidades, Hernández no desaprovechó el momento para reinventarse con la que para él ahora es la tienda más importante: el e-commerce.
Tras una vida entera haciendo patria, Mario Hernández ha recibido un sin número de merecidos reconocimientos en todas las esferas, entre las cuales se destaca La Cruz de Boyacá, máxima distinción concedida por el gobierno colombiano a un ciudadano que por su trayectoria o logros ha aportado al crecimiento del país. Recibió por parte del Congreso de la República la condecoración Gran Caballero. Fue seleccionado en el año 2010 por Johnnie Walker, marca de más de 200 años de existencia, símbolo de progreso y representación de la idea de siempre avanzar, como uno de los gigantes latinoamericanos de su campaña mundial Walk with Giants.
Las apuestas de Colombia por crecer en el marco de una economía global competitiva deben estar puestas en la articulación armónica que compone la llave maestra para el desarrollo: la confluencia entre los sectores privado y público. El desbordado talento colombiano obliga a las instituciones a fomentar políticas públicas eficientes que contribuyan a que el emprendimiento y la creación de empresa no represente una suerte de utopía en Colombia. En concordancia, un país con oportunidades ciertas avanza de la mano del compromiso colectivo desde todas las esferas de la vida social, de la generación de empleo que con visión y liderazgo los empresarios buscan todos los días. Un país con más y mejores oportunidades para el mejoramiento de la calidad de vida de todos los colombianos es la meta que en equipo debemos trazar. A Mario Hernández y a todos los empresarios que todos los días trabajan por Colombia, por su esfuerzo muchas gracias.