Hace unos días me invitaron a la condecoración de Evacol para la entrega de la orden de la Independencia Vallecaucana en el grado Cruz de Caballeros, por el aporte al desarrollo económico y social, de hoy por hoy la empresa más importante en la fabricación de calzado de dotación en nuestra región. En este evento me quedó como mensaje la invitación que hacían sus directivos a que sus colaboradores sueñen y perseveren. Esta empresa Vallecaucana tiene arraigados esos principios desde que inició en 2006 con tan solo seis funcionarios y que gracias a sus colaboradores en estos 13 años han crecido muy por encima de lo que normalmente crece en Colombia una empresa en 30 años.
Sin duda alguna esta compañía ejemplifica lo que tanto he repetido en distintos escenarios, que la empresa es el motor del desarrollo y es el punto de encuentro donde se generan beneficios comunes; es la “casa común” donde a todos los que la habitan les debe ir bien. Desde sus inicios ha buscado generar beneficios en su entorno y especialmente en sus colaboradores, primero generando empleo, pero también generando inclusión y bienestar, a los cuales más que como trabajadores ve como compañeros de trabajo. Evacol fue la primera en traer la tecnología de la vulcanización del material EVA.
Actualmente esta empresa ejemplo de tenacidad, genera 534 empleos directos en su fábrica y en alrededor de 78 almacenes en todos los centros comerciales de las ciudades principales del país; de estos muchos están cubiertos por personas en alguna situación de discapacidad y por jóvenes que han logrado salir de situaciones difíciles, esto sin contar con los empleos indirectos que genera.
Hoy Evacol es reconocida por los colombianos por desarrollar un calzado cómodo, seguro, con calidad y con estilo al alcance de todos los bolsillos. Lo cierto pero triste, es que atraviesa una situación muy complicada por un fallo de la SIC, que no le permite comercializar los zapatos tipo sueco. Los suecos para los que no lo saben, es un genérico, tal como lo es un tenis, una corbata o una camiseta tipo “Polo”. No dejar vender un genérico es un absurdo, aunque hoy lo fabriquen y comercialicen todo tipo empresa, tanto locales como extranjeras. Lo preocupante es que se ha concedido una protección especial al sueco con el derecho de propiedad industrial en Colombia, impidiendo así su producción y comercialización, cuando ni siquiera en Estados Unidos, Europa o China está protegido. Insisto, es como si se protegiese para que en Colombia nadie pudiese producir gafas, jeans o relojes.
Es por eso que debemos traer a la discusión, la importancia de la protección de la industria nacional, pero no se trata de proteccionismo a la vieja ultranza, no. Se trata de incentivar el desarrollo de la producción nacional a través del abastecimiento de manera competitiva de la demanda de bienes y servicios de los diferentes sectores de la economía. Al contrario de detener la adopción de nuevas tecnologías como es el caso de Evacol, se debe seguir impulsando usos de nuevas tecnologías, economías de escala, innovación, buenas prácticas; y en general aprendizaje en la marcha. De lo que se trata es de defender a la empresa como el motor del desarrollo social y económico de una sociedad.
Ánimo Evacol vamos para el único lugar que se puede. Para adelante.