No es un secreto que el Congreso de la República es una entidad desprestigiada y mal vista por la gran mayoría de los colombianos. Han sido los mismos parlamentarios, quienes se encargaron de construir la mala imagen que el país tiene sobre nuestra labor y no será fácil el camino que debemos recorrer para recuperar el nombre, el honor y la representatividad de la casa de la democracia.
Ya son un poco más de tres años desde que decidí dejar el sector privado para iniciar una labor política, y hoy tengo la misma respuesta que en su momento entregue a tantos amigos y familiares que me preguntaban ¿Por qué entrar a la política? Porque debemos renovar nuestras instituciones para devolverles la legitimidad y proteger la democracia.
En este corto paso por la vida pública, me tocó enfrentar a la pandemia; el reto más difícil que he enfrentado en mi vida. El tiempo para atender las llamadas y reuniones no daba abasto; y las preocupaciones de la ciudadanía crecían día tras día. Las expectativas por parte de los colombianos eran mayores a nuestras posibilidades y la frustración se convirtió en el panorama general.
A pesar de las complicaciones y a que siempre queremos lograr más, hoy puedo decir que me siento orgulloso de ser congresista, y que ante la adversidad que nos confinó a la virtualidad y nos obligó a reaccionar de manera abrupta ante tantos nuevos retos de la sociedad, nuestro parlamento logró adaptarse y sacar adelante iniciativas necesarias para el país, para su recuperación económica y más importante para cumplir a los colombianos.
En las últimas semanas nuestro congreso aprobó importantes iniciativas como la gratuidad de las campañas de vacunación frente al covid, priorizando la aplicación en los ciudadanos más vulnerables al virus.
Así mismo aprobó la primera ley de emprendimiento en Latinoamérica, reduciendo costos para nuestros futuros empresarios y buscando trazar un camino de esperanza para la recuperación económica impulsada desde la iniciativa privada. Nuestra plenaria aprobó la extensión de los programas de subsidio a la nómina Paef y Paep, importantes apoyos para la protección del empleo y los empresarios de nuestro país.
Para el sector agropecuario se aprobó un importante paquete de alivios financieros, así mismo se suscribieron apoyos para el sector cultural. Aprobamos la ley de turismo que impulsa la recuperación del sector y fórmula una política pública clara para construir ese sueño de potenciar la industria turística como un verdadero impulso económico para nuestra nación. Se logró sacar adelante la ley de vivienda que crea una política pública estatal que nos permite soñar con un país de propietarios.
A pesar que estos esfuerzos, que en ocasiones no conoce la ciudadanía, de la necesidad de mejorar nuestra comunicación con la mayoría de los colombianos, este resumen es una muestra que desde el Congreso de la República estamos escuchando; y estamos trabajando para generar un país con mejores oportunidades. Mi compromiso con ustedes es seguirlos escuchando y no desfallecer en la lucha por impulsar un país más competitivo.