Los más fatalistas deben estar, como vulgarmente se dice, mordiéndose un codo. Las personas, aves del mal agüero, malintencionadas, o simplemente sin confianza en el plan de vacunación del Gobierno Duque han sido demostrados que el trabajo juicioso, técnico, constante y multilateral realizado por el equipo de ministros del presidente han dado importantes frutos en la inmunización del país.
Las cifras son contundentes, a la fecha en que se escribe esta columna, más de 56 millones de dosis han sido aplicadas, 30 millones de primeras dosis, 19 millones de segundas, 4,8 millones de monodosis, con un total de 24 millones de dosis completas y ya acercándonos al millón de dosis de refuerzo. Este ritmo vertiginoso ha llevado a alcanzar, en términos proporcionales, a países productores de vacunas en el porcentaje de personas vacunadas al menos con la primera dosis, tal y como es el caso de EE.UU. cuya curva de vacunación converge con la nuestra.
Lo anterior se ve reflejado en que los infames y temidos tercer y cuarto pico de contagio no estén afectando tanto a nuestro país. Las dosis de refuerzo que están empezando a ser aplicadas son la mayor herramienta con la que cuentan los colombianos para evitar detener nuevamente la reactivación económica, tan golpeada a mitad de año a causa de la pandemia y el vulgar paro armado disfrazado de protesta social del segundo trimestre del año.
La temporada decembrina que se asoma, anudado al esfuerzo de la ley de inversión social deben servir de catapulta para nuestra economía; un dólar disparado reflejando la alta confianza que hay sobre esta moneda claramente refrendan en el consumidor local la idea de empezar a consumir lo nuestro. Si a esto le sumamos el día sin IVA que resta y las ferias locales, es posible prever una economía acercándose cada vez más a niveles prepandémicos de cara al inicio del próximo año.
Ese pequeño empujón propiciado por la exigencia del carné de vacunación para entrar a bares y restaurantes probablemente lleve a que los niveles de vacunación aumenten, sin embargo, el mensaje que debe primar debe continuar siendo el del auto cuidado: de ello depende que el mercado laboral corrija su rumbo, y que la tenebrosa sombra de ese eterno candidato no afecte en una proporción mayor la confianza de consumidores e inversionistas.
Es momento de salir a reactivar la economía, pero para esto necesitamos que continúe la vacunación y sobre todo el refuerzo de manera sostenida. No queda de otra más que agradecer al Gobierno de Duque y al ministro Ruiz por su juiciosa tarea, y a la oposición y fatalistas solo resta decirles que ya va siendo hora de que se apliquen la tercera dosis.