Desafíos del Pacto Verde Europeo (Eudr) para la industria del café
En medio de un contexto global lleno de desafíos impuestos por esta regulación, es importante destacar que el café de Colombia se encuentra en una posición ventajosa frente a muchos de los países productores. Gracias al decidido trabajo de la Federación Nacional de Cafeteros y su avanzado Sistema de Información Cafetero (Sica), los productores colombianos cuentan con una herramienta que les genera certezas y les permitirá acceder al mercado europeo sin costos adicionales.
De cualquier manera, en la última reunión del Consejo de la Organización Internacional del Café (OIC) celebrada en Londres la semana anterior, un tema que suscito enormes preocupaciones fue la inminente entrada en vigor de la Regulación del Pacto Verde Europeo (Eudr) el próximo 30 de diciembre. Los países productores de café expresamos nuestras inquietudes sobre los impactos que esta regulación podría tener en el comercio global del grano y los potenciales riesgos que la implementación del Eudr supondría para el sector y las economías dependientes del café en todo el mundo.
Uno de los potenciales riesgos que destaqué en este encuentro fue la posibilidad de un desorden comercial y logístico en el mercado global. La exigencia de cumplir con estrictos requisitos, como la verificación de que los productos exportados a la Unión Europea estén libres de deforestación, podría dejar a muchos países productores de café fuera de este mercado. En particular, las naciones con menos recursos o que carecen de una institucionalidad robusta para implementar sistemas de trazabilidad y garantizar la debida diligencia. Esto, a su vez, provocaría que dichos países se vieran obligados a buscar nuevos mercados donde vender sus cosechas, lo que podría desencadenar un arbitraje de precios que afectaría negativamente la estabilidad del sector cafetero.
A este panorama ya incierto, debemos sumar la creciente presión de los cambios en los modelos climatológicos, que están alterando la producción en el llamado “Coffee Belt”, la franja del mundo donde se cultiva café. Fenómenos como el aumento de temperaturas, lluvias irregulares y patrones climáticos extremos están afectando la productividad de los cultivos y podrían generar, a mediano plazo, una potencial reducción de la oferta de café a nivel mundial. Esta disminución de la oferta coincide, paradójicamente, con un aumento en la demanda en nuevos mercados, como China y el oriente medio, que han mostrado un crecimiento significativo en el consumo de café en los últimos años.
Esta combinación de una oferta potencialmente reducida, un continente bloqueando oferta de países que no puedan cumplir su regulación y una demanda creciente, podría llevar a un incremento en los precios del café para el consumidor final. El impacto de esta alza en los precios sería doblemente perjudicial: no solo afectaría a los consumidores europeos, sino que además, pondría en peligro uno de los objetivos más importantes de la Federación Nacional de Cafeteros, como es la creación de demanda a largo plazo. Un café más caro podría reducir el consumo en mercados establecidos, afectando negativamente el crecimiento de la industria en general.
Durante la reunión, Brasil, principal productor del grano en el mundo y uno de los países mejor preparados para cumplir con los requisitos de sostenibilidad de la Eudr, presentó un argumento muy relevante. Brasil destacó que una hectárea de cultivo de café arábica tiene un balance negativo de carbono, secuestrando alrededor de 10,5 toneladas de CO2 equivalente, lo que convierte al cultivo de café en una actividad que, lejos de contribuir al cambio climático, actúa como un sumidero de carbono. Esta afirmación refuerza la idea de que son precisamente los países productores los que tienen vastas áreas de bosque que deberían ser consideradas en cualquier legislación que busque proteger el medio ambiente global. Sin embargo, la capacidad de Brasil para adaptarse a las nuevas exigencias regulatorias contrasta con la de muchos otros países productores que no cuentan con los mismos recursos o infraestructura.
Al mismo tiempo que avanzaban estas conversaciones, en paralelo, se sumaba un llamado clave desde Europa continental. El canciller alemán, Olaf Scholz, hizo un pronunciamiento oficial solicitando a la Unión Europea que posponga la implementación del nuevo reglamento hasta que existan las condiciones adecuadas para evitar un caos en el mercado que afecte a los consumidores y la industria europea. En palabras de Eileen Gordon, secretaria general de la Federación Europea del Café, el proceso de implementación del mecanismo regulatorio actualmente está “atascado”. Esta declaración refleja el estado de incertidumbre en el que se encuentra el sector cafetero, atrapado entre la necesidad de adoptar medidas ambientales responsables y la preocupación por las consecuencias económicas y comerciales de dichas regulaciones.
La Federación Nacional de Cafeteros seguirá trabajando para asegurar que nuestros productores puedan seguir accediendo a todos los mercados mundiales, protegiendo los ingresos de los productores y promoviendo un comercio de café sostenible.