Sin duda este año es muy representativo no solo en lo histórico, sino sobre todo frente al futuro por construir; por supuesto, lleno de retos representados en los problemas reconocidos en lo económico y social, los cuales son ante todo desafíos políticos de cara a los 200 años de la independencia que cumplimos el 7 de agosto, junto a los 170 años del Partido Conservador de Colombia cuyo aniversario celebramos el pasado 4 de octubre; fechas que más allá de su significado en el presente, sirven para reflexionar y comprometerse con las reformas exigidas para mejorar.
Debemos reconocer que nuestra soberanía después de 200 años de independencia, sigue amenazada en múltiples facetas en tanto esta no tiene un sentido único, según Francisco Ortega, profesor de historia de la Universidad Nacional, porque se expresa en los diferentes frentes donde nos desenvolvemos, económico, político, social, territorial y moral, aunados a manifestaciones y niveles de conciencia sobre la ciudadanía válida y de sus implicaciones en la representación política en toda circunstancia como fundamento democrático, apuntillado a la igualdad de derechos, aún una batalla por superar.
Al respecto conviene considerar los aportes de Juan Esteban Constaín, reconocido escritor profesor de relaciones internacionales en la Universidad del Rosario, que resalta las tensiones y conflictos sufridos por nuestro país desde sus inicios hasta el presente, pero sobre todo el relacionado con la pugna que todavía se libra respecto de la aplicación del Estado de Derecho en los territorios, frente al acumulado de promesas incumplidas, para lo cual es clave imaginarse los múltiples futuros a los que estamos expuestos y todavía soñar por ideales, que reconozcan los logros alcanzados, por ejemplo, tras la Constitución de 1991 y porque no decirlo, el Acuerdo de Paz de 2016.
De ahí la importancia de la construcción de relatos coherentes pero sobre todo auténticamente cohesionadores ante el supremo interés nacional, que verdaderamente resalten la importancia de la lucha conjunta por las independencias pendientes de resolver, ganadas si podemos evolucionar contra la corrupción que predomina en todos los frentes y se ha constituido en el principal problema nacional para el desarrollo sostenible y equitativo; permitiendo el acceso a la sociedad y economía del conocimiento, sin exacerbar dependencias y subordinaciones como parecen ser son las lógicas que dominan el momento actual.
Y claro, el camino no es balcanizar los partidos políticos, como sucede en muchas partes, sino a través de su fortalecimiento institucional, ruta por la que transita el Partido Conservador, tras una Colombia grande, que logró en su efemérides reunir las mentes y voces con mayor prestigio, no solo de esta colectividad, desde su origen reconocida como cuna de grandes intelectuales y estadistas, sino a representantes de las ramas del poder incluido el Presidente Duque y su equipo de gobierno, los presidentes de Altas Cortes y el procurador Carrillo, más el sector privado con los presidentes de la Andi, Asobancaría, Fenalco y la ACP; que en buena hora lo oxigenó y proyectará positivamente por otros 170 años o más.