Ante al comunismo delirante, retrogrado y polarizador destilado por el régimen petrocaótico, hay que tomar el toro por los cuernos y enfrentar sin dilación la agresión contra la institucionalidad que con trucos y mentiras siniestras captura y manipula masas frágiles, ignorantes y dependientes; siendo preciso apelar en primer lugar a la historia republicana vivida en nuestro país, para analizarla con fundamento, rigor y verdad, en procura de reconstituir, reconfigurar y reedificar lo social, concepto histórico y político perversamente maltratado y malogrado.

Para esto hay que apelar a la academia para sin sesgos ideológicos reconstruir lo derruido sobre el central y neurálgico asunto social, manoseado en la cartilla instrumentalista derrochada por el petrocaos con narrativa fabulo progresista, redundante en ideología de género y discurso asesino pro aborto, pero pobre en educación cívica y ciudadana; por tanto lejos de este dañino caldo de cultivo de degradación y perdición, resulta crucial y decisivo basarse en el trabajo riguroso y serio propio del materialismo histórico proclamado por Walter Benjamin.

Así el aporte realizado por la Fundación Santillana con el Instituto Pensar de la Universidad Javeriana titulado, “Historia de las Ideas Políticas en Colombia”, editado por José Fernando Ocampo (2008), es el acervo a la verdad vital de considerar como la base estructurada a partir de la cual revisar desviaciones instrumentales a la realidad, como busca atrevida y opresivamente el petrocaos que hasta desconoce las razas, claro está más construcción cultural que realidad biológica, pero así en el uso, pero sobre todo, el abuso abominable de lo social.

Por lo tanto, al examinar el ilustrativo contenido del libro antes reseñado sobre el tema social, con aportes de profesores de importantes universidades públicas y privadas del país, encontramos los siguientes elementos conceptuales y fácticos sobre el transcurrir del asunto social en nuestro país.

Iniciar con lo formulado por Guillermo Hoyos Vásquez en el prólogo (ibidem) sobre el materialista histórico, el observador que toma distancia para “cepillar la historia a contrapelo (que) significa comprometerse con un sentido de cultura y de progreso más complejo que el de los funcionalistas modernizadores… Se ha olvidado la componente social, de la cual el historiador sabe mucho si se compromete sin pusilanimidad y sin cobardía con la memoria”; al paredón con el petrocaos que inventa la historia a su acomodo.

Como antecedente relevante al amenazado sistema democrático representativo republicano, empezar por recordar que fueron los jesuitas los forjadores de la conciencia y práctica social gracias a la contribución del Doctor Eximio, Francisco Suárez S.J. (1548-1617) sobre el Derecho de Gentes, pionero en democracia y derechos humanos que antes de la independencia contribuyo a forjar estas ideas entre los próceres del Colegio de San Bartolomé, de ahí su primera expulsión de los dominios del imperio español en 1767.

En la siguiente parte expondré la evolución desde entonces hasta el presente del tema social, que ha sido una constante en nuestra historia, ahora con único dueño inmoral.