Como promotor de acuerdos de reorganización de pasivos o concursos de acreedores, pero también por mi interés en conocer mejor las diferentes aristas relacionadas con éste apasionante tema, asistí en días pasados en Cartagena al 16° Congreso Colombiano de Derecho Concursal, que tuvo conferencias y conversatorios con diversidad de enfoques, todos del mayor interés y utilidad, por lo que a continuación doy resumida cuenta de esto.

El Congreso lo instaló el superintendente de Sociedades, Billy Escobar, quien fue ratificado por el presidente Petro, junto al Financiero, Jorge Castaño, un acierto de este gobierno en tanto ambos funcionarios son prenda de garantía por su solvencia técnica y administrativa en éstos cruciales pilares institucionales. Así el Supersociedades destacó la transdisciplinariedad de la concursalidad, junto a las nuevas dinámicas del derecho social, donde la responsabilidad es de todos y el fin último es la gente, para lo cual tuvo la diligente asistencia de su equipo directivo durante todo este evento.

La ponencia inicial fue de Aurelio Gurrea, presidente del Instituto Iberoamericano de Derecho Concursal y versó sobre esta legislación en Europa, la cual se rige por el principio de la norma mínima, siendo clave la “alerta temprana” conducente a reestructuración preventiva que habilite la “viabilidad” económica, con pruebas, directivas y planes debidamente sustentados y fundamentados con exposiciones de motivos que brinden razonabilidad a la recuperación de la crisis financiera. Así mismo mencionó la posibilidad de la exoneración de deudas siempre y cuando se demuestre la buena fe y honestidad.

El conversatorio sobre los contratos fiduciarios en la insolvencia que estuvo a cargo de Sergio Rodríguez y Eduardo Arce puso de presente la posibilidad de usar las diferentes modalidades fiduciarias en los concursos, en especial con las fiducias en garantía e inmobiliaria, siendo determinante delimitar muy bien la responsabilidad y autonomía de la voluntad de las partes, del fideicomitente y fiduciario, que minimice abusos que perjudiquen a terceros inversionistas.

Por su parte, la charla sobre la concursalidad en la informalidad presentada por Álvaro Isaza y Álvaro Londoño merece exaltarse, hicieron un recuento del marco normativo de estímulos para la formalización, pero sobre todo pusieron de presente la necesidad de privilegiar el derecho a la empresa como garantía de subsistencia, sujeta a la protección del Estado, siendo entonces este un tema de solidaridad social que requiere centros de conciliación especializados y ayuda financiera contra el despreciable gota a gota, prestar $100 en la mañana, para deber y pagar $120 al mediodía o $130 en la tarde.

José Rodríguez disertó sobre las bases para la legislación concursal de emergencia y destaco la necesidad de una reforma integral al régimen concursal en un marco de hiperinflación normativa, así como mantener con algunos ajustes la reglamentación de emergencia, en concordancia con la propuesta de Gustavo Cuberos, a quien el Congreso le rindió merecido homenaje.