Los hechos hablan por sí solos, lo pregona el sabio y universal adagio popular, que ante la movilización ciudadana del domingo 21 en las principales ciudades del país por el inconformismo sobre la forma y fondo en las ejecutorias de este gobierno, pero además de cara a los pronunciamientos de la Corte Constitucional y el Consejo de Estado por su costumbre de mandar vía decretos sin el debido fundamento legal; son evidencias que agravan el descontento y malestar con infortunada polarización, sobre todo por la respuesta y estilo singular de éste régimen rebelde e irónico.
Al respecto retomo lo dicho por Jhon Torres en el artículo “¿Nos falta más ‘perdón social’ o más sanción social?”, publicado en El Tiempo (18/04/22), precisamente con ocasión de la promesa de campaña ahora mandato presidencial, asociada al harto polémico ‘perdón social’, donde pone de presente que, “una de las cosas que más le han hecho falta a la Colombia de las últimas décadas ha sido, precisamente, lo contrario: la sanción social, entendida en el sentido estrictamente democrático del término: esto es, la expresión de rechazo firme, pero también respetuoso de los derechos y de la legalidad, hacia lo que representan los que delinquen y los que aprovechan leguleyadas y resquicios jurídicos para salir indemnes de sus andadas al filo de la norma. Hacia los antivalores de esos que promueven la cultura del más vivo. Rechazo social a la parábola de los que a pesar de haber sido condenados por la justicia no dan señal de resocialización, y menos de reparación a sus víctimas, sean estas personas, instituciones o entes territoriales”.
Así ante los graves atentados que enfrenta nuestra democracia con alerta roja por los riesgos a las bases y andamiaje institucional para con “Libertad y Orden” continuar dando garantías al Estado Social de Derecho que debe prevalecer, es absolutamente esencial que el Congreso de la República tome cartas en el asunto y de él tratamiento legítimo a las arbitrariedades, irregularidades y atropellos que están detrás del régimen rebelde e irónico desde su financiación, ahora con mayor fundamento dado el reciente pronunciamiento del Consejo Nacional Electoral sobre pagos no declarados a testigos, junto al contubernio con Fecode y muchas patrañas más por descubrir bien y exponer con pruebas acreditadas ante la justicia ordinaria y la opinión pública.
Resulta entonces indispensable rodear al Congreso de la República en buena hora presidido por el senador Iván Name quien acogió con beneplácito los resultados de las marchas como consecuencia de la manifestación de repudio y sanción social al obrar de éste régimen rebelde e irónico, en tal sentido espero promueva ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes el trámite requerido, siendo en particular vital de apoyar al representante Wadith Manzur, para que aplique con todo el rigor y solvencia legal las gestiones pertinentes, junto a las recusaciones que tenga que tramitar en el seno de esa corporación de los otros miembros de esta Comisión que tengan posibles impedimentos e inhabilidades por conflictos de interés.
Así espero el tránsito de sanción a reivindicación social.