Analistas 30/10/2024

De la X a las embarradas históricas

Últimamente y aunque es muy habitual ver al presidente de los colombianos, también es común verlo cometer errores de índole histórico para “apeñuscar” ciertos hechos a su discurso.

Uno de ellos fue el caso del Castillo de Marroquín del que si tengo espacio lo corregiré más adelante, pero el que me llamó la atención fue el de hoy cuando en su cuenta de X antiguo Twitter, dijo con mucha alegría como celebraba la presentación de Rubén Blades e incluso manifestó que quería ir a donde están los restos de los colombianos que pelearon según el en Bocas del Toro, esto cuando Panamá hacia parte de Colombia durante la guerra de los mil días (1899-1902).

Esto no es cierto, ya que el combate de Bocas del Toro al que hace alusión el señor presidente fue en 1895, cuando Colombia estaba en medio de la guerra civil previa a la de los mil días, y a este conflicto se sumó el mexicano Catarino Garza, quien después de su fallido intento por derrocar al porfiriato, huye y llega hasta Bocas del Toro en donde al intentar rescatar a los prisioneros esto, entre el 7 y 8 de marzo de 1895 día en que Garza cae abatido y es enterrado en ese lugar.

¿Qué si la guerra de los mil días se convirtió en un conflicto internacional? En parte si, ya que además de las tropas norteamericanas tan mencionadas a la hora de perder a Panamá estaban en el istmo , los liberales, rebeldes en su tiempo tuvieron apoyo de países fronterizos como Venezuela con el General Cipriano Castro quien les dio tropas para su entrada por la Guajira, recordando así la batalla de Carazúa en 1901, en la que se cuenta con la participación del Coronel Nicolas Márquez popular en el mundo por ser el abuelo del nobel de las mariposas amarillas y así como también aquel que se quedó esperando la carta de la antigua secretaria de guerra.

También hay que recordar la ayuda del General Eloy Alfaro quien al comienzo dio ayudas a los rebeldes colombianos a través de su consulado en Nueva York y tiempo después envía tropas, las primeras se acantonan en Tumaco, en el segundo envío con José María González Garró logre llegar al Cauca y al Tolima, cabe recordar que en ese momento no existían muchos departamentos como el Huila o el Valle del Cauca.

Y además para no dejar a Centroamérica atrás durante este conflicto colombiano de finde siglo que la imagen que más se me viene a la cabeza es al ver a don Salvo Basile en la película “El Amor en los tiempos del cólera” encendiendo las luces y dándole la bienvenida al siglo XX en plena guerra es la ayuda que brindó el general y presidente nicaragüense José Santos Zelaya a los revolucionarios que en ese momento y en el istmo se encontraban bajo las ordenas del general y futuro presidente del Panamá separado, Belisario Porras.

Para ello facilitó tropas muchas de ellas llegaron a tierras panameñas, pero lamentablemente no llegaron a su destino ya que como en el caso de la cañonera Momotombo que llevaba estas tropas dejándolos en Punta Burica cerca de la frontera con Costa Rica, medio cerca de la ciudad de David y bastante lejos de ciudad de Panamá, razón por la cual al no conocer mucho la geografía ni con quien se iban a topar muchos de ellos fueron capturados y puestos en prisiones panameñas.

Esto mostrando otro de los tantos errores que hay en un solo tuit, uno que cuando se es popular, puede tener mas caracteres que los que cualquier mortal, porque Rafael Uribe Uribe no llegó a Panamá, tanto es que el no participa en la firma del tratado el USS Wisconsin, cuyos firmantes por el lado liberal fueron los generales Benjamín Herrera y Lucas Caballero Barrera padre del caricaturista Klim y abuelo del periodista Antonio Caballero Holguín.

Uribe Uribe estuvo en la firma del tratado de paz de Neerlandia una hacienda que se encontraba entre Ciénaga y Aracataca este fue firmado por el gobernista General Urbano Castellanos y los liberales representados por Carlos Adolfo Urueta, este tratado que al comienzo fue un armisticio de diez días por la derrota que sufrió Uribe en Ciénaga en noviembre de 1902, después de este plazo y estudiadas las condiciones por parte de los Generales Uribe Uribe y Florentino Manjarrés se aprueba este que junto al del Wisconsin se convierte en uno de los tantos tratados que le da fin a la guerra de los mil días.

Por eso hay que recordar la historia, pero recordarla como realmente fue no con un discurso provocador, sino para no repetirla, una guerra como esa que dejo miles de muertos en una sola batalla recordando a Palonegro, en la que también participó casi todo el mundo desde futuros presidentes como Enrique Olaya Herrera, Carlos E. Restrepo y Pedro Nel Ospina hasta padres de personajes como el sacerdote García - Herreros y el de Jorge Eliecer Gaitán, el coronel Eliecer.

También fue una guerra que dejo composiciones musicales como “El General Dangond” dedicada al General Beltrán Francisco Dangond Celedón, oriundo de Villanueva y compuesta por Rafael Escalona cuyo padre Clemente Escalona participó en ella, además de una de las canciones mas recordadas en la Bogotá de mediados del siglo XX “La loca Margarita” que recuerda no solo a la viejita loquita que andaba por las calles de Bogotá, sino a sus penurias y su sufrimiento al haber perdido a su esposo e hijo en los inicios de la guerra.

Lo que si se debería recordar es como muchos de estos combatientes de un lado u otro les fue negada su pensión aun después de haber sido reconocido los liberales como combatientes en 1938, la gran mayoría de ellos se quedó sin ella, Aureliano Buendía (no Guerrero) quizás no fue uno de ellos, pero el abuelo del autor , el Coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía le fue negada y a su hermano Juan Francisco que fue capitán tampoco se la reconocieron, años después por 1952 el tío de Gabo intenta recuperar la pensión de su padre algo que tampoco pudo lograr , es decir que el Coronel no le escribieron, se la terminó, comiendo toda, y hoy en día aun no aprendemos de nuestros errores y quizás terminemos en el mismo camino.

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