Días gastronómicos en Colombia, unos bloqueados y otros que sobresalen en el antiguo imperio del sol naciente, pero sí, a su estilo ambos con brillo propio como diría el Presidente en su momento desde Osaka con más arandelas que el Pibe Valderrama, tanto que no se necesitaba stand de Artesanías de Colombia porque él parecía uno.
Pero se habló de lechona, y cabe resaltar que este plato además de ser uno de lo más representativos del país y especialmente del departamento del Tolima, fue el que se llevó las miradas en el país asiático por aquello del sabor y de la cantidad abrumadora de su consumo, tanto, que muchos de este lado del charco piensan que los luchadores de sumo se comieron el tonelaje de este alimento que quizás llegó a la frontera con China y los cerdos de ese país, vivirán un poco más.
Colombia, un país diverso en todo el sentido de la palabra, pero que solo resalta a un escritor que internacionalizó al país como lo fue García Márquez, dejó a un lado a alguien que es válido para haber sido recordado en el Japón, y ese es Jorge Isaacs, aquel vallecaucano de raíces jamaiquinas, catalanas y hasta ítalo-chocoanas, quien escribió una de las novelas costumbristas más importantes de la literatura no solo colombiana, sino a nivel mundial, como lo fue “María”.
Y es que este hombre que luchó contra la dictadura de aquel prócer de moda como lo es José María Melo, que nació en Cali y murió en Ibagué, que hace parte de la tierra de la lechona, a través de su escrito que llegó a manos de la población nipona específicamente al estudiante Yuzo Takeshima, quien al leer sobre los paisajes que habían en el Valle del Cauca es gracias a él que 25 personas viajaron desde aquella tierra a establecerse en un comienzo en tierras de El Jagual, población del corregimiento de Corinto en el Cauca.
Esto ocurre en 1929, al año siguiente ocurre una segunda migración y es hasta 1935 donde llega un tercer grupo de japoneses a tierras colombianas, luego se establecen en Palmira con el fin de aportar al mejoramiento de la agricultura en la zona y es en 1951 cuando se conforma la Sociedad de Agricultores Japoneses, Saja.
Esto con el fin de dar un preámbulo de lo que se hubiese podido rescatar de la historia entre ambas naciones, pero como siempre nos quedamos en los egos criticando unos a otros y hasta el hombre de la agricultura colombiana al igual que la ministra de abundante cabellera de adorno en tierras asiáticas, sigue siendo lo más triste, no que viajen, sino que olviden el origen de las cosas y solo hagan recordación de los mismos (según ellos) 200 años de infortunios, que al final del día nunca aprenden y continúan en lo mismo sea la orilla que sea.