Dicen que si uno espera lo peor, algún día tendrá razón. Ese dramatismo ha contagiado a la mística pseudociencia económica, cuya narrativa puede desencadenar profecías auto-cumplidas. Pasemos del realismo mágico, “algo muy grave va a suceder en este pueblo”, hacia la catastrófica realidad de Dr. Doom.
El lenguaje crea realidades; generalización ambigua, conviene adoptar conciencia de las palabras que se adecuan a contextos equivocados. Incluso, es conveniente conectarlas como secuencias aleatorias de puntos que terminan dando forma a una figura que se «revela»; de esta manera, trabajan mentalistas y magos, quienes inducen percepciones y comportamientos, usando alguna distracción o «truco».
Coincidencia, la permutación de esa última palabra es «turco». Nacionalidad de Roubini, quien nació en la capital de sucesivos imperios decadentes, estudió en Jerusalén y se doctoró en Harvard, prestigiosa y prestidigitadora, que nos impuso la cruz del capitalismo financiero, tecnocracia que traiciona a la sociedad, corrompe el valor del dinero y manipula la contabilidad.
Iluminado por la expiación, este médium se conectó con el espíritu de Hyman Minsky en los sepulcros japonés y europeo; memoria o predicción, haciendo gala de pareidolia, apofenia o hierofanía, su premonitoria autopsia sobre la estanflación ahora es sensible a la oferta, no a la demanda agregada (Anatomy of the Coming Recession, 22/8/2019).
Aunque no le revelaron la cura, tampoco el «sentido» de la economía, es interesante que le atribuyera estatus de “ser vivo” (Anatomía, RAE), pues la economía funciona como «máquina» de dinero, y la revolución 4.0 también privilegia lo inanimado.
Pronóstico reservado, ninguno de estos males puede ser conjurado con el antiguo testamento, que destierra lo humano hacia el castigo y la incertidumbre: intereses negativos que no se manifiestan ante los ciudadanos; rescates y compras de bonos o acciones de corporaciones corruptas (Calls for Significant, Impactful Stimulus Package. Bloomberg, 15/8/2019).
Según la RAE, «recesión» es una depresión económica pasajera, pero la amenaza ahora es permanente: una nueva normalidad, que denomino «paranormal», pues “no puede ser explicada por los conocimientos científicos actuales” (ídem). Además, la disfuncionalidad del capitalismo tiene el mismo efecto que el cambio climático: los creyentes no necesitamos pruebas, y a los escépticos nada los convence.
Pobre Roubini. Se fue afectado de Colombia, tras la Asamblea de la Andi. No cabe duda que nuestro país es «oscurantista», y el «ocultismo» «parafiscal» dejó de ser una anomalía.
Dejando a un lado su don «parasicológico», siguió la pauta del padre de la “historiografía científica”, haciendo referencia a la Trampa de Tucídides, y formuló una admonición sobre las guerras frías, monetarias, y comerciales, que podrían escalar hasta causar la implosión de la globalización.
Ojalá políticos y economistas apliquen los demás significados de «re-cesión»: retirar el capitalismo o revertir su reencarnación neoliberal; renunciar a la riqueza, en favor de la sociedad; y ceder el poder, en pago de sus deudas.