Analistas 25/04/2023

Tramitología

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Además de que la realidad socioeconómica es volátil, incierta, compleja o ambigua -Vuca-, a Colombia la complican demasiado. Incluso las reformas salen del “desguazadero” parlamentario cargadas con articulitos que desvirtúan o enredan todo más, para mantenernos predestinados a lo opuesto de Libertad y Orden.

Aunque los parlamentarios, los tecnócratas y los ejecutivos se vanaglorian usando la frase “the economy, stupid”, jamás aplican el principio “keep it simple, stupid”: un mantra que los comprometería a dejar excusas comunes, pues demanda aterrizar sus respectivos ideales diseñando soluciones útiles, comprensibles y fáciles de conciliar, operar y mejorar.

Paradójicamente, prescinden de las alternativas que ofrece la “simplificación” y se aferran a las restricciones que impone la urgencia de la fracasada optimización. Divide y vencerás, ni siquiera superando los laberintos burocráticos podemos hacer realidad nuestros derechos; confunde y reinarás, los sondeos de opinión terminan de frustrar cualquier intervención, porque permiten manipular las coyunturas incorporando supuestos sesgados, opciones falaces y conclusiones viciadas.

Empero, el “simplismo” permitiría honrar a la presunción de inocencia, eliminando los redundantes formularios-requisitos y las infinitas validaciones-autorizaciones; también garantizaría mayor equidad, descartando los distorsionados condicionales o excluyendo los aberrantes casos especiales. Sin embargo, la malicia o la incultura ciudadana sabotean las iniciativas de depuración-cambio, y seguimos plagados de modelos “simplones” o sistemas disfuncionales.

Adictos a la victimización, los diagnósticos no son genuinos o renunciamos a actuar de manera consecuente con nuestras aspiraciones. Eternamente esnobistas, acaso bien intencionados, pirateamos defectuosamente a pésimas influencias, como EE.UU. o la UE, y ninguneamos lo rescatable del resto del mundo: por ejemplo, desde 2017, Zambia otorga a todas las mujeres días de reposo sin requerir excusa médica (bbc.com, 4/1/2017).

Esto podría ampliarse a una “chequera” de días hábiles para realizar diligencias, pues mientras que algunas mayorías soportan malestares reales, otras legalizan el ausentismo laboral colapsando al sistema de salud por razones nimias. Imagine cuántas “estupideces” y falsos dolores de cabeza nos evitaríamos.

Pasando a los impuestos, los índices Financial Secrecy (fsi.taxjustice.net) y Tax Competitiveness (taxfoundation.org) reflejan la irracionalidad de los radares de mejores prácticas. Hasta la Ocde esconde tesoros que deberíamos descubrir, como Islas Feroe, donde eliminaron las deducciones, devoluciones y excepciones tributarias; sin precisar algoritmo, todo fluye de manera ordenada y automática: la “simplicidad” permite tratar a todos como iguales, y la verdad los hace libres.

Aquí, tanto “lobista feroz” extorsiona al Estado para afianzar sus desproporcionadas, inefectivas o inmerecidas cuentas VIP, y se requiere doctorado para entender el estatuto, aunque la evasión-elusión sea trivial. Presupueste cuánto ahorraríamos en absurda, inútil y corruptible burocracia: podríamos invertirlo en dignidad, universalidad, equidad y sostenibilidad. Lo que dicta la Constitución.

TEMAS


Burocracia - Constitución de 1991