Educación en minería: esa es la clave
Durante los últimos 25 años he estado en diferentes espacios en Colombia desde la academia intentando tener un conocimiento más profundo del tema geológico-minero y sobre cómo este sector económico puede ayudar a mejorar la calidad de vida de todos y cada uno de los colombianos. Con la extracción y aprovechamiento de los diferentes recursos que tenemos en el subsuelo es posible y muy probable que nuestro país sea un actor importante en el escenario latinoamericano y mundial, en lo relacionado con los temas geológico-mineros, en estos momentos que el mundo necesita responder por temas de sostenibilidad, responsabilidad social, transición energética, carbono neutralidad, dispositivos electrónicos, movilidad eléctrica, inteligencia artificial, entre otros.
Pero es en la educación y en los procesos de enseñanza-aprendizaje, en donde se encuentran los principales elementos que debemos tener en cuenta para mejorar esa percepción, ese conocimiento, esa sensibilidad y ese apoyo, al sector minero.
En primer lugar, algunas de las comunidades mineras que extraen recursos mineros a lo largo y ancho del país (desde oro, plata y platino, pasando por material de arrastre, carbón hasta las esmeraldas), ven en la minería una actividad que les permite obtener unos ingresos marginales que por muchos años les han servido para sobrevivir y en el mejor de los casos, para tener unas condiciones de bienestar que se encuentran por encima de la media nacional. Pero estas comunidades mineras, nunca se han preguntado: ¿cómo desarrollar esta actividad con un conocimiento más profundo, técnico y sostenible, que haga posible que las generaciones futuras puedan seguir aprovechando esa riqueza finita del subsuelo? Como sociedad nos falta tener un conocimiento más amplio de los minerales que hacen que nuestro día a día pueda ser mejor, cuando utilizamos, aprovechamos y accedemos a esos recursos minerales.
Por otro lado, la institucionalidad minera nacional, deberá tener un acercamiento mayor a las actividades geológico-mineras que ocurren en nuestros territorios, con programas, planes y proyectos que lleven la actividad minera a otro nivel, sin importar la escala en la cual estos recursos minerales se encuentren (pequeña, mediana o gran minería) y sin importar el tipo de actividad minera (minería de subsistencia). Me explico, dicha institucionalidad por medio de tener un mejor conocimiento del subsuelo (Plan Nacional de Conocimiento Geocientífico - Artículo 229 del PND) podrá definir aquellos minerales que son esenciales, estratégicos y/o críticos para el contexto actual. Adicionalmente, podrá planificar su adecuado aprovechamiento teniendo en cuenta los lineamientos y criterios económicos y técnicos (Distritos Mineros para la reindustrialización - Artículo 231 del PND), con los cuales podamos tener como punto de partida su integración en las cadenas productivas y de mayor valor agregado pasando de ser históricamente exportadores de esas materias primas minerales a brindar procesos productivos de alto valor agregado mineral.
Insistimos en que, por medio de la educación en minería, podemos encontrar la clave para que podamos disfrutar y aprovechar esa riqueza mineral que tenemos en nuestro subsuelo. En una futura columna, abordaremos el relacionamiento con los gremios, las empresas y la academia comprendiendo su relevancia con el desarrollo sectorial.