Julio El Gitano
Al son de la canción “Julio El Gitano” interpretada por la Charanga América, transcurre la COP16 en la capital de la salsa en Colombia. Pero, ¿qué tiene que ver Julio El Gitano con la geología, la minería y la COP16? Uno de los estribillos de esta canción dice: “Bendito es el árbol con que hicieron el papel/ con el que fabricaron el almanaque / que anunció la partida de esta maldita mujer/ y ole me voy con mi perro”. Esta expresión de creatividad y relación causal nos invita a reflexionar sobre el contexto en el que nos encontramos.
Vamos al grano. Creer que al aprovechar la riqueza de nuestros recursos minerales, especialmente el cobre, contribuimos a la fabricación de armas letales que alimentan conflictos bélicos en el mundo es un argumento que proviene de una dimensión desconocida. Ignora todos los beneficios que el uso del cobre aporta a nuestra sociedad y a la calidad de vida que disfrutamos, sin distinción de credo, raza o religión. Esta idea ha resonado en algunos espacios de la COP16, especialmente entre activistas del suroeste antioqueño. Me imagino que Chile, como primer país productor de cobre del mundo, debe estar muy preocupado por estos argumentos provenientes de algunos compatriotas colombianos.
Asimismo, pensar que debemos ser excesivamente cautelosos al extraer los minerales de nuestros yacimientos polimetálicos, debido a la posibilidad de extraer también minerales nocivos para la salud pública, nos lleva a dimensiones desconocidas. Si no defendemos nuestro sector minero con argumentos técnicos y datos claros, estas ideas pueden convertirse en realidades forzosas.
Es una tarea indelegable para nosotros, como profesionales comprometidos con el sector minero, realizar pedagogía en Colombia sobre estos temas técnicos. Debemos educar a los medios de comunicación, a los tomadores de decisiones, a quienes formulan políticas públicas y a las autoridades municipales y departamentales. En definitiva, debemos llegar a toda la sociedad colombiana. Los invito a imaginar un día sin cobre en sus vidas. La energía eléctrica no llegaría a nuestros hogares ni lugares de trabajo. El agua no fluirá desde los acueductos. No tendríamos acceso a nuestros sistemas de comunicación... Sería un regreso a escenarios primitivos que hemos superado como sociedad gracias al aprovechamiento de los recursos naturales renovables y no renovables.
La biodiversidad y la actividad minera no deben ser excluyentes. En estos momentos críticos, debemos aprender de los errores del pasado para seguir extrayendo nuestros recursos minerales bajo criterios ambientales y sociales responsables. La minería puede coexistir con la protección del medio ambiente y el bienestar social si se lleva a cabo con responsabilidad.
Para concluir, es fundamental reconocer que los recursos minerales son esenciales para el desarrollo humano y social. La minería bien gestionada puede contribuir significativamente al progreso económico y social del país. Por lo tanto, debemos trabajar juntos para promover un diálogo constructivo que integre las preocupaciones ambientales con las necesidades económicas. Solo así podremos construir un futuro sostenible donde todos podamos beneficiarnos de manera equitativa y responsable. Mientras tanto, seguiremos escuchando la Charanga América.