Misiones Territoriales y Educación Superior
El proceso que se encuentra ad portas de definir el nuevo rector de la Universidad Nacional de Colombia me ha dejado muchas enseñanzas y me ha abierto la perspectiva del papel para la sociedad colombiana, que debe cumplir la universidad pública, más grande y más importante del país, como lo es la Universidad Nacional de Colombia.
Con el ánimo con el cual inicié este proceso (que para mí terminó este martes) y con la idea fundamental de seguir ayudando a construir la universidad que queremos y soñamos, dejo al lector algunas reflexiones de estos meses de trabajo arduo, de discusiones, de difusiones, de conversaciones y puntos de vista que no siempre coinciden con mis expectativas y de lo que esperaba, fuera mi rol que aspiraba como gerente con eficiencia y transparencia de la Universidad Nacional de Colombia.
Develar ese imaginario colectivo que la educación superior pública no necesita de las empresas privadas nacionales y extranjeras, es una tarea urgente para el próximo rector. Con uno de los principales grupos económicos del país, el Grupo Nutresa y en cabeza del Presidente de la República, se acaban de presentar los compromisos con el Plan Misiones Territoriales, para fortalecer la industria del Cacao en un plazo de 10 años. Esta Alianza Público Privada, deberá ser parte fundamental de los compromisos del nuevo rector para que no le sigamos dando la espalda a la sociedad colombiana y a la industria nacional, y para que con la ayuda de profesores, estudiantes de pregrado y postgrado, laboratorios, institutos y centros de investigación, podamos retribuir y poner al servicio de la sociedad, nuestra formación y experiencia altamentemente calificada.
De igual manera, en lo agrícola, en lo minero, la infraestructura, el comercio, el transporte, las vías 4G, las telecomunicaciones, el turismo, la alimentación (saludable y sustentable), los mares, la transición energética, los hidrocarburos, entre otros, la Universidad Nacional de Colombia tiene en sus nueve sedes demasiados recursos humanos altamente calificados y con muchas ganas de aportar un grano de arena a la construcción del país que queremos y soñamos.
Finalmente, lo anterior lo escribo desde la necesidad que tenemos de ser más protagonistas en el desarrollo de las apuestas de crecimiento y bienestar para toda la sociedad colombiana y con el ánimo de bajo el marco de la Autonomía Universitaria, empezar a dejar las bases sentadas de una Autonomía Financiera. De tal forma, que esa apuesta por una participación más activa de los temas fundamentales de la Nación, la Universidad Pública y especialmente, la Universidad Nacional de Colombia, se convierta en protagonista y retorne un poco (como una especie de Responsabilidad Social Universitaria) de lo que hemos recibido durante los últimos 156 años por parte de la sociedad colombiana. Es una tarea ardua para el nuevo rector, pero contará con la participación de toda la comunidad universitaria.