Regalías mineras
Los Ministerios de Hacienda y de Minas y Energía de Colombia se equivocan al considerar que el recaudo por regalías mineras decrece a partir de 2027, debido a los planes de sustituir el petróleo y el carbón, para garantizar la transición energética. Nada más alejado de la realidad, cuando para garantizar la transición energética, nuestro país y el mundo entero, requiere extraer más y más recursos minerales (críticos y estratégicos), lo que conlleva a incrementar el recaudo de las regalías. En el caso del carbón, la agenda a 2050 pronostica menor participación en la matriz energética del carbón, pero a ese año la demanda de energía será mayor en términos reales, lo que se traduce en una cantidad mayor de carbón demandando por el mercado. Estos dos ministerios, no alcanzan a ver las diferentes señales que brinda el mercado mundial, en las cuales estamos en presencia de un superciclo del precio de algunas materias primas minerales.
Vamos por partes.
En lo relacionado con el oro, los precios que estamos viendo en los actuales momentos, son de lejos los más altos de la historia. Teniendo como marco de referencia los últimos cinco años, el precio internacional de la onza troy ha pasado de US$1.454,20 a la increíble cifra US$2.673,50. Un incremento de aproximadamente 84 %. Los analistas financieros ven que en los próximos años, estos valores históricos se mantendrán debido al apetito y respaldo económico y psicológico, que tiene un commodity como el oro.
Colombia exporta aproximadamente 65 millones de toneladas de carbón anualmente. Para nuestro país, como lo planteamos en una columna anterior, el carbón es y deberá ser sinónimo de respaldo y confiabilidad del sector eléctrico. Máxime, cuando estamos frente a ruidos de posibles racionamientos de energía en los próximos meses con la previsión de incrementar la extracción de carbón térmico en el corto y mediano plazo.
Las esmeraldas (que va a ser para una columna futura), los materiales de construcción, los concentrados que contienen minerales para la transición energética, son entre otros, algunas fuentes de recursos que deberán pagar regalías por su extracción, y que en el panorama que vivimos en el mediano y largo plazo, se incrementará su liquidación.
En definitiva, las regalías mineras en Colombia son un componente crucial para las finanzas públicas, representando una fuente significativa de ingresos para los departamentos y municipios donde se lleva a cabo la explotación de recursos naturales. En 2022, el sector minero aportó más de $20 billones en regalías e impuestos, lo que equivale a más de 60% del presupuesto de inversión de muchos municipios. Sin embargo, la distribución de estas regalías ha sido objeto de críticas, ya que no siempre benefician equitativamente a las comunidades locales afectadas por la minería. Además, la minería enfrenta desafíos como la informalidad y la falta de control, lo que agrava problemas sociales y ambientales. Es fundamental que el sistema de regalías se gestione de manera que no solo genere ingresos, sino que también promueva un desarrollo sostenible y equitativo para todas las regiones del país.