Analistas 28/09/2024

Seguridad energética: Energía nuclear y carbón

Giovanni Franco Sepúlveda
Ph.D. Profesor Universidad Nacional de Colombia

Una de las enseñanzas que ha dejado la pandemia del covid-19, es que los gobiernos deben garantizar tres seguridades: La energética, la alimentaria y la sanitaria. Estamos en esta época del año con varias emergencias naturales fruto de incendios forestales debido a altas temperaturas en algunos países de Suramérica. Colombia, no es la excepción y sumado a ello la disminución en la capacidad de algunos embalses, nos tiene bajo un escenario de incertidumbre frente a un posible racionamiento de energía en el país.

Y para garantizar esa seguridad energética, Colombia tiene en el carbón (empresas mineras y generadoras térmicas) el respaldo que garantiza la sostenibilidad y confiabilidad del sistema energético y eléctrico del país. No podemos darle la espalda al carbón, en momentos en que la mayoría de países vecinos (y hasta nosotros mismos) se ven enfrentados al escenario de racionamiento de agua y restricciones en los servicios energéticos y eléctricos. Somos de lejos un territorio que tiene recursos naturales que le permiten aprovechar ventajas comparativas y competitivas, que debemos optimizar para bien de la sociedad en su conjunto. El mundo seguirá aprovechando la capacidad energética que tienen las fuentes de energía de recursos no renovables provenientes de fuentes fósiles (petróleo, gas natural, carbón, entre otros) y no debemos ser ajenos a esas realidades. Existe evidencia que al 2050, la matriz energética será más diversificada en otras fuentes renovables y ambientalmente más verdes, pero el carbón seguirá siendo un actor importante dentro de este escenario futuro.

Al mismo tiempo, Colombia se encuentra en mora de investigar, analizar y estudiar otras fuentes de energía tal como la energía nuclear. Si tenemos en cuenta que dos eventos han tenido un impacto muy alto dadas sus consecuencias (Chernobyl y Fukushima), las demás centrales nucleares alrededor del mundo, generan energía, confiable que garantiza la confiabilidad del sistema y son soporte del crecimiento económico de las naciones. En la actualidad, China adelanta un programa agresivo en la construcción de alrededor de 150 centrales nucleares (entre 8 a 10 reactores nucleares por año), con una inversión que supera los US$400.000 millones. Con tecnologías de punta dentro de las cuales podemos mencionar el primer reactor nuclear de tipo modular, el primer reactor de Torio, y el mayor desarrollo de plantas de sal fundida, siendo estas tecnologías más eficientes y más seguras. Avanzando hacia el camino de las centrales nucleares sin utilizar uranio. Como país no podemos seguir viendo pasar el tren de la tecnología delante de nosotros y no hacer absolutamente nada para montarnos en él.

Con los elementos descritos anteriormente, tenemos todas las opciones de garantizar la seguridad energética en todo el territorio nacional. Tomar decisiones de política pública para avanzar en el campo de otras fuentes de energía, utilizar tecnologías de punta, aprovechar otros recursos minerales, creer en las sinergias que pueden presentarse entre diferentes actores como lo son el Estado, la sociedad, la empresa y la academia, harán posible que nuestra matriz energética (renovables y no renovables) sea confiable y segura con miras a una agenda de 2050 pensada para todos.

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