Analistas 21/12/2022

El motor que impulsa la inclusión

Gregorio Mejía
Presidente de Mibanco

La digitalización se ha consolidado como el aliado estratégico en la adaptación de las industrias a los desafíos del entorno, incluyendo la pandemia y el auge de la virtualidad. En el caso del sector financiero, la digitalización ha permitido avances como las aplicaciones bancarias, la atención virtual y la oferta de billeteras móviles. Al mismo tiempo, estos avances se han convertido en caminos para la inclusión financiera de aquellos que han estado tradicionalmente por fuera de la economía formal.

Colombia es un ejemplo interesante. Parte de su población no accede al sistema financiero debido a diversos factores estructurales y de percepción. Según la segunda edición del Índice de Inclusión Financiera (IIF) que encargamos desde el Grupo Credicorp a Ipsos, algunos de ellos son: la falta de ingresos, el desinterés, la complejidad en los requisitos para obtenerlos y la percepción de intereses altos.
Aunque los canales digitales como aplicaciones bancarias podrían solventar algunos de los desafíos mencionados, la mayoría de los colombianos todavía no las perciben como una herramienta de utilidad. De hecho, según el IIF tan solo 18% de los colombianos las califican como `muy útiles´, mientras que 24% perciben su utilidad como `ni mala ni buena´

Así, aunque muchas personas no ven a las herramientas digitales como canales idóneos para iniciar o profundizar su inmersión en el sistema, los resultados para el caso de Colombia y la región muestran una tendencia que asocia el aumento de la digitalización con el incremento en los niveles de inclusión financiera.
Si bien la inclusión financiera va más allá de las plataformas digitales, estas constituyen un poderoso aliado, pues en muchos casos representan el primer contacto con el sistema financiero, incluso antes de contar con una cuenta bancaria. De este modo, y teniendo en cuenta que la inclusión tiene un impacto directo en el desarrollo del país y en el progreso de las personas, es fundamental promover la inclusión desde todos los frentes, incluida la digitalización.

Para fomentar este proceso, se debe continuar fortaleciendo la articulación entre múltiples actores, pues el gran reto de elevar los índices de digitalización financiera, y como consecuencia de aportar en el cierre de brechas en materia de inclusión, exige una plena coordinación entre el sector público, el sector privado y la academia.

Eso no es todo; para contribuir a la digitalización es necesario focalizar los esfuerzos en las comunidades que tradicionalmente menos acceden al sistema. Por ejemplo, el Índice de Inclusión Financiera de Credicorp, evidencia una diferencia respecto al nivel socioeconómico. En la región, el porcentaje de personas de nivel socioeconómico bajo que se encuentra incluido en el sistema financiero solo alcanza un puntaje de 37,3 mientras que las de nivel socioeconómico medio y alto alcanzan 51,2 y 56,7, respectivamente.

Así, el llamado para el sector, el Gobierno y los ciudadanos es entender que las nuevas herramientas digitales representan, en el mundo interconectado de hoy, el impulso para una Colombia que pueda superar las brechas de acceso y gozar de los beneficios y facilidades que trae la inclusión financiera.

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