Desde la semana pasada, es tema tendencia la entrevista que dio la exesposa de Nicolás Petro, hijo del actual presidente Gustavo Petro Urrego. Desde luego ya tiende a ser casi que trillado escribir sobre lo complejo de la situación, pero me quiero referir más al contexto que merece este hecho que sin duda deslegitima a varios de los ministros y al mismo Gobierno.

Pero empecemos a resolver varias preguntas: ¿Por qué pasó este hecho? Nicolás Petro no es un hijo de presidente cualquiera. Es un actor activo de la política colombiana, al punto que hoy es actualmente diputado en el departamento del Atlántico y durante la campaña de su padre participó activamente -no en su rol de hijo acompañante- sino como director de esa campaña presidencial para el mismo departamento en el que oficia como diputado.

Ha sido el mismo presidente Petro quien le generó los espacios, plataforma y hasta lo candidatizó en 2019 a la Gobernación del Atlántico que resultó en derrota. Petro es víctima de su propio invento. ¿y por qué le entregaron dineros a Nicolás? La respuesta es sencilla: No solo es su hijo, fue su candidato a la Gobernación y su director de campaña oficial, lo suficientemente empoderado por el presidente como para generar ese grado de confianza en terceros que estaban convencidos de que Nicolás Petro representaba los intereses de su padre y con posterioridad a la elección representa los del Gobierno ¿o acaso un ministro de Interior se reúne con cualquier persona?

Lo cierto es que no solo las reuniones constantes con ministros son la prueba clara de que el hijo del Presidente estaba activamente aprovechando el empoderamiento, sino que el solo hecho de que el ministro del Interior Alfonso Prada hablara con él de “cupos”, que contrastando con las pruebas exhibidas por la exnuera del Presidente pareciera -en el mejor de los casos- que son la cuota que le permitía seguir vigente y relevante en el escenario político. Curioso que el ministro Prada haya negado haber nombrado a alguna persona a pedido del hijo del presidente. ¿Será que cuando hablan de cupos se refiere a contratos públicos? En todo caso hay dos respuestas posibles: el ministro Prada estaba contradiciendo la promesa política de Gustavo Petro del acceso a cargos públicos por meritocracia o actuó con la anuencia del Presidente. En ambos casos, la falta de legitimidad es evidente.

Otro punto al que se le debe dar un contexto adecuado es el referente a la reacción del Presidente y la línea del tiempo de los hechos. ¿Era previsible que esto pasara? Al parecer sí. En 2014 Gustavo Petro como alcalde de Bogotá también hizo el mismo pedido de investigación contra su hijo por hechos similares, pero a pesar de eso no lo alejó del manejo de campaña y del escenario electoral. Hizo todo para tratar de volver a Nicolás Petro lo que es hoy: un actor político vigente.

Pero ahí no queda todo. Recordemos que, en su entrevista, la exnuera del Presidente revela cómo un mes antes de que Petro saliera a pedir la investigación en contra de su hijo y hermano, ella le presentó las pruebas suficientes (mismas que fueron reveladas en otro medio) de los hechos que hoy lo tienen en una tormenta política. ¿y qué hizo el presidente? Nada, absolutamente nada más allá que guardar silencio, solo hasta cuando era inevitable que saldría a la luz, tardíamente salió públicamente a pedir la investigación en la que dice el comunicado de prensa que por “rumores” la solicita.

No señor Presidente, no nos trate de tontos, porque lo que le presentó su exnuera no fueron rumores, sino pruebas que hoy con sus reacciones ante este grave hecho lo deslegitiman a usted y su propuesta de gobierno producto del empoderamiento que usted le dio a su hijo Nicolás.