Colombia en Naciones Unidas
Hablar de Colombia en las Naciones Unidas es sinónimo de una política exterior coherente, con liderazgo y compromiso para el fortalecimiento de un multilateralismo renovado, que se sustenta en los pilares de la paz, el desarrollo sostenible y la justicia. Cada decisión y votación así lo evidenció.
El mundo atraviesa múltiples dificultades que inexorablemente se interconectan y se han hecho aún más evidentes con el covid-19. La guerra de Rusia contra Ucrania ha puesto a prueba el valor de los principios del derecho internacional. Ante esta agresión, Colombia reafirmó su posición de rechazo al quebrantamiento del orden global.
En efecto, el país se constituyó en uno de los patrocinadores principales de las tres resoluciones adoptadas por la Asamblea General, bajo el mecanismo Unión Pro-Paz. Nuestra voz y liderazgo han sido ampliamente reconocidos por los miembros de la Organización y el Consejo de Seguridad.
El papel de la ONU se hace cada vez más relevante y de allí la importancia de la gestión y logros alcanzados durante los últimos cuatro años en Nueva York.
Se preservó el apoyo unánime del Consejo de Seguridad sobre la implementación del Acuerdo de Paz, hito central de nuestra política exterior. Ello fortalecerá las acciones del Estado hacia el futuro. En 2019, presidí la Comisión de Consolidación de la Paz, con la meta de seguir aportando nuestra experiencia a naciones que están en proceso de asentar las bases del estado de derecho. Igualmente, lideré con éxito la realización de la primera sesión oficial de esta Comisión por fuera de la Sede, la cual tuvo lugar en Cartagena.
Como un país megadiverso, Colombia es líder en acción climática y transición energética, comprometido con la protección y el uso sostenible de sus recursos naturales, y promotor del desarrollo sostenible, englobando el conjunto de la Agenda 2030 y sus compromisos con la Biodiversidad. La equidad de género fue un área prioritaria para el gobierno. Además, promovió la creación e implementación de sistemas de participación de personas jóvenes en la toma de decisiones. Se destaca la renovación de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en Colombia y la especial atención a la Presidencia del Foro Permanente sobre las Cuestiones Indígenas, actualmente en cabeza de un colombiano.
Hemos sido coherentes en impulsar la responsabilidad común y compartida en la lucha contra el problema mundial de las drogas, lo cual nos permitirá ejercer la Presidencia de la Comisión de Estupefacientes a partir de diciembre de 2022. Al tiempo, consolidamos nuestro liderazgo en la lucha contra la corrupción, el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras y la acción humanitaria contra el desminado. Como Presidente del Grupo de Amigos del Español en 2021, defendí el multilingüismo como pilar central del multilateralismo y el diálogo en el sistema de Naciones Unidas. Esto nos permitió ser el primer país hispanohablante en facilitar la negociación de la Resolución sobre esta materia, con un éxito notable.
En 2022 presidimos el Grupo de Países de Renta Media desde el cual hemos planteado una agenda centrada en el financiamiento para el desarrollo, la economía digital, el cuidado del medio ambiente, la educación y la erradicación de la pobreza.
Colombia debe continuar afianzándose dentro de la Organización como líder y referente, teniendo como premisa que no hay desarrollo sostenible sin paz, y no hay paz sin desarrollo sostenible. Y para construir este futuro debemos ser conscientes que hay múltiples y complejos retos. La cooperación y la solidaridad internacional son definitivos. No hacerlo erosionará la legitimidad del sistema multilateral. Debemos permanecer comprometidos en el fomento de un sistema global de normas que orienten las acciones en favor del bien común y de la convivencia pacífica, sin condicionamientos.
Al término de mi misión en Nueva York -el pasado 5 de agosto-, confío en que la política exterior de Colombia avanzará en la preservación del reconocido liderazgo y presencia que ha tenido en el cumplimiento de la agenda global de las Naciones Unidas durante los próximos años, manteniendo como referencia el principio del Respice Omnia – mirar al universo, mirar al conjunto.