Analistas 09/04/2024

Asamblea cafetera

Guillermo Trujillo Estrada
Analista cafetero

La semana pasada estuvo convulsionado el ambiente con la Asamblea Cafetera, que montó la Ministra de Agricultura para hacer agitación política en contra del gerente de la Federación de Cafeteros, convocando a todos los enemigos de la institución, a fin de elaborar una supuesta agenda de los próximos 100 años.

Como todo lo del Gobierno del Cambio, generó la expectativa de “tumbar el edificio” pero no para mejorar lo que existe. Con asistentes pagados, organizaciones prefabricadas y sin la presencia de los contestatarios eternos de la institución, -como es el caso de Dignidad Agropecuaria- que ahora salió a defenderla ante la absurda arremetida.

La ministra Mojica demostró, una vez más, que tiene más de activista política que conocimiento de las labores que le competen, iniciando por ignorar lo que se hace y se ha hecho en la historia cafetera, generando una gran expectativa en los medios.

El Presidente finalmente intervino, respaldándola, con un discurso involutivo, tratando de revivir el pasado, con un desconocimiento imperdonable, que no le permite leer objetivamente la realidad. Nadie duda que el petróleo y el carbón produjeron la enfermedad holandesa, y la revaluación resultante afectó todo lo que tuviera un componente de mano de obra contratada. ¡Pero eso sucedió hace treinta años! y el país se reacomodó a la nueva realidad e inclusive, ha sido el origen de la reconversión de la caficultura a una de pequeños productores, que hoy predomina.

Dio un trato despectivo al Gerente de Federacafé, por “el clavo que le estorba”, sabiendo que su propio gobierno fue el determinante del nombramiento. Olvidó que la parafiscalidad consagrada en la constitución determina que los recursos recaudados no son del estado; única y exclusivamente se pueden dedicar a los productores que los aportan. ¿Ignorancia deliberada?

Finalmente, el documento de conclusiones que salió de la asamblea, preparado, según se comenta, por las tres promotoras, está lleno de lugares comunes, y es un repaso de lo que hace y ha hecho la Federación.

Por último, el gerente Bahamón emitió un comunicado del que se infiere la intención de reformar los estatutos, obedeciendo a las nuevas realidades de la caficultura. La última se hizo en 2003 cuando apenas se iniciaba la nueva caficultura -por tamaño de productores y cambio de regiones predominantes-, que se debían reflejar en el poder interno. Ahora se debe incorporar esa nueva realidad y el gremio debe tener la madurez para hacerlo.

Sin duda la institución gremial y social, más representativa y democrática del país, -que elige a 4.644 representantes en sus comités, 1% de los federados- tiene los mecanismos para auto reformarse, de existir voluntad y liderazgo, sin “palos en la rueda”.

La Ministra desafío al gremio, seguramente con intenciones políticas, pero concluyó la semana con una sesión del Comité Nacional de Cafeteros, con asistencia plena del gobierno, seguramente respaldados por la asamblea minoritaria de cafeteros y el discurso del presidente, presentándose por primera vez un ambiente hostil, lleno de reclamos a la administración, ratificándole que no existe relación del presidente con el gerente, pero que respetan el contrato y no pretenden promover otro gremio. Un ambiente muy difícil.

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