Analistas 18/09/2018

Chantaje cafetero

Guillermo Trujillo Estrada
Analista cafetero

Sorprendido debe estar el Gobierno Nacional con este nuevo chantaje que realizan los cafeteros. Resulta increíble que para fijar el precio base que active el subsidio al precio, se usen costos de producción inflados, que ponen en riesgo la confianza frente a una institución que por más de 90 años ha trabajado por los caficultores.

En primer lugar, es inadmisible que el Gobierno resuelva otorgar un subsidio, y que sean los beneficiarios quienes determinen la cuantía y el valor del disparador de precios “adecuado”. Esa discusión era aceptable cuando se otorgaba con recursos del Fondo Nacional del Café, caso en el cual se requiere el voto expreso y favorable del señor Ministro de Hacienda.

En segundo lugar, descalificar al asesor del Gobierno para asuntos cafeteros -en la determinación de los costos- tampoco es válido para un Gobierno que debe ser quien fije autónomamente el valor del regalo.

En su comunicado, el Comité Directivo habla de incluir los costos de administración y los financieros en la determinación del costo. Al respecto también se podría decir que puede llegar a ser inadmisible -para la sociedad como un todo, quien es la que paga la cuenta-, que se subsidie la administración de una finca, que se traduce en el sueldo de los propietarios de cerca de 2.000 fincas.

El subsidio no se debe usar para asumir los costos financieros, que es aún más inequitativo, -muchos no tienen deudas- y los que las tienen, nunca deben lo mismo por hectárea; los grandes caficultores se endeudan sin importar el ciclo del negocio para mantener así su estilo de vida.

Inaceptable que se subsidien utilidades garantizando una rentabilidad, como lo han pedido los voceros; además de regresivo, remunerar el capital es el más grave precedente con los demás sectores de la economía que, con todo derecho, podrían solicitarlo.

Increíble que en el informe del Gerente se declaren costos de $621.000 carga, para la discusión se declare que son $800.000 y ahora en el comunicado se reduzca a $760.000.

Es casi inmoral que la dirigencia gremial termine resolviendo cómo se beneficia de un subsidio, y no entienda que es el Gobierno el que decide, cómo lo otorga; escuchar la opinión del gremio es un acto de generosidad democrática.

Parte del papel del Gobierno es evitar que la agenda cafetera continúe atrapada por los grandes productores, tanto en la discusión como en los beneficios de las decisiones. Por ejemplo insisto en que cualquiera sea el monto final del subsidio no debe otorgarse para mas de 100 cargas por cafetero.

Cada día recuerdo a un ilustre caldense muy adinerado que decía, “en un negocio con tanto pobre para defenderlo a uno, siempre debemos permanecer”.

El comunicado del gremio firmado por los miembros del comité directivo es una presión muy fuerte para un gobierno a un mes de iniciado su mandato.

Desafortunadamente la firma del gerente le resta hacia el futuro, capacidad de mediar con el gobierno en situaciones difíciles, que siempre se presentan.

La participación de políticos del Centro Democrático que se han apoderado de esta causa, presionando el gobierno, aliados con los firmantes del comunicado, me llevan a pensar que, con esos amigos para qué enemigos.

Frente a este chantaje el presidente Iván Duque respondió con firmeza, pidiendo que la Federación también contribuya y colabore. Al senador Corrales aliado de la Federación, con vehemencia le dijo, “no dejemos que este debate se politice en monto”.

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