El gran sueño de los dirigentes cafeteros es conmemorar en junio de 2027, los 100 años de la Federación ; sin embargo, y así como van las cosas, de los denominados “Futuros de Café”, -que es el incumplimiento por parte de las cooperativas y los cafeteros a entregar el café- puede salir una muy amarga la celebración, dadas las dificultades económicas que está generando este grave problema a las finanzas, tanto del Fondo Nacional del Café como de la Federación, su administrador.
Paradójicamente la fundación en 1927, en buena parte fue motivada por la crisis de los exportadores de café quienes sufrieron una situación similar a la de hoy, después de una fuerte helada en Brasil en 1918, que dobló los precios en los años siguientes, ocasionando la quiebra de muchos de ellos; porque los productores no entregaron el café -para aprovechar los altos precios- lo que los llevó a incumplirle a las multinacionales que habían anticipado el dinero.
El actual gerente se refirió al tema por primera vez, a pesar de ser el problema más grave que recibió hace año y medio cuando afirmó “Actualmente, 55% de las fijaciones corresponden a 1% de los caficultores, mientras 45% son posición propia de cooperativas sin respaldo del caficultor”.
He reiterado que este problema fue ocasionado por la irresponsabilidad de la Federación, aceptando compromisos de palabra -sin exigir a las cooperativas contratos, pólizas y garantías de cumplimiento y, certificación de la producción-. Adicionalmente, de la irresponsabilidad de los gerentes de las cooperativas que asumieron posición propia y la codicia de los cultivadores que, amparados en el buen precio, alegaron que era de justicia no entregar el café comprometido.
El comité directivo y la gerencia -por razones políticas, a punto de elecciones cafeteras- se abstuvieron de adoptar las más estrictas medidas, otorgando plazos inconcebibles.
Germán Bahamón, no afrontó el problema desde el primer día, pudiéndolo arreglar en septiembre del 2023, cuando el precio prácticamente descendió hasta el valor de los contratos, entendible por estar en periodo de prueba . Sólo hace dos meses lanzó un bono de $600.000 por carga a quien entregara; no le pararon bolas. Ahora le pide al gobierno que le ayude, solución que vale más de US$ 100 millones, y que no tienen porqué pagar los colombianos para beneficiar a unos pocos irresponsables. Eso sí sería privatizar las utilidades y socializar las perdidas.
El exministro José Manuel Restrepo, salvó la responsabilidad del Estado e insistió en que el problema es de la Federación de Cafeteros, a través de una oportuna constancia, y que dejó radicada en su último Comité Nacional, ya que el gobierno no participó en la decisión.
De primar esta tesis, el gremio debe subsanar la pérdida, de una vez por todas y así, aliviar el Fondo Nacional del Café. Esperamos que los miembros gremiales tengan unas buenas pólizas que les protejan su patrimonio.
Por lo pronto, deberían nombrar urgentemente una comisión de expertos del más alto nivel, con experiencia en finanzas públicas y privadas, en banca, en comercio del café y, en crisis, para proponer una solución, dado que el equipo al mando de la Federacafé conoce poco el tema y no tiene la experiencia que se requiere para enfrentar estas decisiones.