Es muy desagradable el momento que vive la Federación de Cafeteros frente a la Ministra de Agricultura, la vocera de un propósito del gobierno por cambiar administración gremial, que se expresa con un nuevo movimiento hacia un golpe blando, al expedir la resolución #98 del 2024 por la cual se reconoce e inscribe la Organización de Cadena Nacional del Café, bajo la denominación de “Consejo Nacional de la Cadena Productiva del Café Colombiano y su Agroindustria”.
Sin antecedentes históricos, se ratifica el propósito de desplazar a la Federación como el organismo responsable de la política cafetera, garante de su permanencia, que le da la seriedad, además de concertar los propósitos con los verdaderos actores.
Pero, este acto agresivo, va precedido de la intervención de la doctora Mojica el pasado 5 de abril en Tierralta, Córdoba, en el que parecía “botando el taco”, porque no ahorró calificativos despectivos, -ni reclamos por ser supuestamente un gremio que no le ha presentado un plan a ejecutar, como lo han hecho otros del agro-, añorando que la FNC regrese a la época dorada, después de la ruina y la miseria en que hemos caído, afirmó, convertida en estado-dependiente, entre las más suaves referencias del discurso.
Así las cosas, el día anterior retó a la Federación por no entregar a tiempo estudios sobre el costo de producción, durante una rueda de prensa al terminar el Comité Nacional, en la que además anunció, sin concertación previa, el propósito de imponer contribución cafetera, a los demás eslabones de la cadena.
En esa sesión, calificada por los asistentes como la más agresiva y difícil entre gobierno y gremio, fue muy dura con la administración, llegando hasta abstenerse de opinar sobre los estados financieros, por considerar que no contaba con la información suficiente; a juicio de muchos llegó preparada para ponerse brava. Reclamó, por declaraciones públicas a un delegado, que se vio obligado a pedirle excusas, parece fue lo más suave del encuentro.
Durante la asamblea cafetera del día anterior, con la presencia del presidente de la república, -absolutamente programada para deteriorar la Federación de Cafeteros- todo el gobierno liderado por ella se llenó de motivos para darle palo a la administración.
La asamblea concluyó con trece puntos que están desde siempre en la agenda de la Federación, no hay nada nuevo. Desde luego todo se puede mejorar; pero el gremio sí debería acoger este documento en el comité nacional e inclusive, convocar un congreso cafetero para incorporarlo en la agenda y de esta forma buscar la reconciliación.
La estrategia de la ministra está clara; por lo que esperamos una respuesta para defender a Federacafe de esta arremetida, pero no puede ser prometiendo la industrialización, que no es de corto plazo y está precedida de demasiados fracasos para pensar que puede ser la panacea.
Urgente demostrar el liderazgo para unir las fuerzas internas tan golpeadas desde la elección del gerente Bahamón, donde nada tuvo que ver, pero si tiene la obligación de interpretar las nuevas realidades e incorporarlas en una convocatoria que selle una gran unidad para que resista, éste y otros embates, aprovechando la bonanza de precios que es la anestesia para hacer las cirugías que se requieren.