Analistas 24/08/2021

Los seis años de administración

Guillermo Trujillo Estrada
Analista cafetero

La oficina de prensa de la Federación tituló como “Seis años construyendo juntos el presente y el futuro de la caficultura”, el informe del Gerente -que aparece en un momento inesperado, fuera de la costumbre institucional, sin acontecimiento cafetero especial- y que ha despertado en los círculos cercanos varias sospechas e interrogantes, llevando a muchos observadores a insinuar que este corte de cuentas podría ser una señal para culminar la gestión gremial de Roberto Vélez.

Realmente, de llegar a confirmarse la especulación, parece entendible que el momento sea este, cuando el precio interno -y gracias a la helada en Brasil- se encuentra en el mejor momento de los últimos 35 años y las finanzas de la institución, así como las de los cafeteros, están muy fortalecidas.

Desde luego se cierne una amenaza sobre la Federación de Cafeteros, así como sobre los exportadores, por actuación de cultivadores que se resisten a entregar café vendido a futuro para cumplir -en lo que resta del año-, por contratos firmados alrededor de $1.100.000 la carga, cuando la venta al día está en cerca de $1.700.000. Sin duda es un grave riesgo moral asumido por el sistema de exportación que depende de los productores y del mecanismo cooperativo cafetero, principalmente.

Para enredar aún más la situación, Álvaro Uribe Vélez escribe un Twitter afirmando que “Se necesita algún ahorro institucional para enfrentar dificultades que llegaren a ocurrir y proteger a las cooperativas que durante la crisis vendieron futuros a un precio mejor del que se pagaba y resulta muy inferior al actual”, desde luego abriendo la puerta para que los cafeteros no cumplan y alguien asuma las pérdidas de las cooperativas. Mientras tanto, los ciudadanos hacemos votos para que la presión del expresidente no implique que la solución la terminemos pagando por cuenta del presupuesto nacional.

La lista laudatoria para Roberto Vélez anuncia como su labor de seis años, no parece institucional y carece de antecedentes por parte de anteriores gerentes; además, es la continuación de los diferentes programas del gremio, que vienen de hace muchos años. La última definición a fondo se hizo con el LIBRO VERDE entregado en mayo de 2002 por la Comisión De Ajuste De La Institucionalidad Cafetera que señaló el rumbo y ha sido la guía de trabajo en estos 20 años. Es natural que, en una entidad con 94 años de existencia, que tiene la fuerza y la capacidad como organización consolidada, los programas sean de largo plazo. Por esta razón muchas personas han intuido que este sorpresivo corte de cuentas, ampliamente difundido, puede tener un objetivo diferente.

Le quedaría debiendo a la caficultura el propósito que se había establecido la Federación con el Gobierno de alcanzar los 20 millones de sacos de producción en 2020; el parque cafetero queda con los mismos 14 millones que tenía en 2015, y una disminución del área sembrada en cerca de 100.000 hectáreas.

Además, la institución siempre ha mantenido la unidad gremial, ha sido ejemplo de democracia, de buen gobierno corporativo, y ha luchado por un mayor ingreso para el productor. Todos los gerentes, sin excepción, han tenido un derrotero concertado con el Estado que traspasa el gobierno de turno.

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