Quiero hacer referencia al proyecto de ley “Por medio del cual la nación asume el pago del pasivo pensional a cargo del Fondo Nacional del Café”, que en su articulado se detalla así:
Artículo 1. Con el fin de asegurar el ingreso y productividad del sector cafetero, autorícese a la nación a asumir directa o indirectamente el pasivo pensional y prestacional correspondiente a la totalidad de las pensiones ciertas y contingentes, pagaderas a los pensionados de la Compañía de Inversiones de la Flota Mercante S.A liquidada.
Parágrafo. El Gobierno Nacional, en cabeza del Ministerio de Hacienda y Crédito Público reglamentará la forma en la cual será asumido el pasivo pensional y prestacional en un término máximo de seis meses posteriores a la expedición de la ley.
Artículo 2. La presente ley rige a partir de su promulgación y deroga todas las disposiciones que le sean contrarias.
Alejandro Corrales y Gabriel Jaime Vallejo, senador de la República y representante a la Cámara por el departamento de Risaralda, ambos del partido Centro Democrático.
Este proyecto de ley, radicado por estos congresistas, se da en el momento más inoportuno de nuestra historia; nos enfrentamos a la crisis económica nacional más profunda de la que se tenga noticia. Solo el oportunismo cafetero puede tener la capacidad de promover un proyecto de esta naturaleza, precisamente cuando el sector según el gerente de la Federación, está recibiendo el mejor precio, con una excelente cosecha, que puede aumentar el ingreso de siete a nueve billones de pesos.
Un absurdo fallo de la justicia que generó una responsabilidad subsidiaria, obligó al Fondo Nacional del Café a asumir una obligación pensional, sentando un precedente funesto para los accionistas de empresas. Desde hace más de quince años, si mi buena memoria no me falla, se está asumiendo este pago, pero ello no otorga licencia para que se aprovechen de este momento.
Es inadmisible, tanto por parte de los congresistas del partido de Gobierno, como de la administración de la Federación de Cafeteros, coger a mansalva al Congreso y al Ministro de Hacienda, precisamente cuando las finanzas públicas quedarán en “rines” y es el mejor momento de los cafeteros y del gremio.
Debo reconocer que el senador ha honrado su compromiso con el gremio, liderando la ley que creó él, Fondo de Estabilización de Precios al que la nación ya entregó más de $200.000 millones; también ha promovido la ley que crea el piso mínimo de protección social, no aprobada.
Últimamente logró que el Gobierno obligue a las entidades del Estado a comprar café de alto precio y de la mejor calidad y, aprovechando la crisis de recolectores, pidió al Gobierno autorizar el trabajo de menores de edad para cosechar café. Estas y muchas de sus actuaciones en beneficio de los cafeteros, para las que aparentemente no está inhabilitado a pesar de ser productor de café.
Entiendo la estrecha vinculación y compromiso demostrado por el senador Corrales con el gremio que supuestamente lo eligió, así mismo, él se puede vanagloriar de haber promovido y conseguido el apoyo para nombrar el gerente. Por esa razón, algunos afirman que el “gremio cafetero tiene senador, y otros que el senador tiene gerente”.