El sector cafetero del país atraviesa un momento histórico. Debemos estar un paso por delante de varios retos que determinarán el futuro del sector en Colombia. Entre ellos el Pacto Verde Europeo, la producción de café robusta, el panorama de precios del café y la renovación de cafetales.
Hay que recordar que Colombia cuenta con uno de los sistemas de comercialización de café más robustos del mundo. Esto ha permitido que, aún en escenarios de mayor oferta que demanda, en el que otros países de Centro y Suramérica han tenido inconvenientes para exportar su café, en Colombia, 100% del café se continúe exportando a más de 120 países en todo el mundo.
En ese escenario, desde Asoexport, como responsables de 75% de las exportaciones de café del país, las peticiones al Gobierno Nacional son sencillas: reglas claras y estables para que el sector pueda continuar aportando al desarrollo de las zonas cafeteras del país, y ser invitados a las discusiones que determinan la política cafetera de Colombia.
De igual forma, qué bueno sería que esa fortaleza de las cadenas de comercialización de café en Colombia pudiera ser aprovechada por más zonas de país y, particularmente, las de posconflicto, donde los productores puedan ver en el café una alternativa para su reinserción en el mundo productivo.
La misión de estudios para la competitividad de la caficultura en Colombia, le dio la directriz a Agrosavia de desarrollar la producción de café robusta en Colombia. Ya hay resultados técnicos y un apoyo decidido de actores de la industria, que recientemente anunció la compra de todo el café tipo robusta que se produzca en nuestro país.
Colombia cuenta con un área potencial para el cultivo de café tipo robusta que asciende a las 80.000 hectáreas. Con un estimado de rendimiento de 40 sacos por hectárea, la producción potencial podría alcanzar 3,2 millones de sacos, y un valor potencial de US$475 millones.
Por otro lado, es importante avanzar en los retos que impone el Pacto Verde Europeo en los programas de De la Granja a la Mesa y de Cero Deforestación.
En esta primera estrategia, Asoexport ha venido trabajando en un programa de cooperación suiza, en articulación con el Gobierno nacional, el ICA y la Federación de Cafeteros, para la creación de un plan nacional de monitoreo de agroquímicos que permita realizar una detección temprana y preventiva de la presencia de residuos químicos en el café, y así poder focalizar esfuerzos de asistencia técnica en campo; esto, con el objetivo de asegurar la inocuidad del café colombiano.
Con respecto a la política de Cero Deforestación, aunque el plazo de cumplimiento es cada vez más corto, todavía hay un largo camino por recorrer. En este aspecto, es fundamental que el Sistema de Información Cafetera (Sica) sea un activo de la caficultura colombiana, que le permita a todos los productores de café, sin importar la cadena de comercialización, cumplir con la reglamentación internacional, sin tener que realizar inversiones adicionales.
En este sentido, extendemos una invitación para fortalecer el trabajo articulado entre el sector público y privado. Cuenten con Asoexport y Analdex para que los exportadores del país sigan llevando prosperidad a las regiones cafeteras del país.