Esta semana conocimos el informe completo de la Superintendencia de Sociedades sobre el comportamiento que tuvieron las empresas más grandes del territorio nacional durante el año 2016, basado en el reporte que hicieron de sus estados financieros. Este estudio analizó los resultados de cerca de 26.000 empresas, un número no despreciable de compañías del sector real que son fuente de desarrollo y oportunidades para Colombia, y que en medio de un espectro social y económico inestable y lleno de incertidumbre, permite albergar una esperanza sobre lo que puede ser el comportamiento de la economía en el segundo semestre de este año.
Los resultados del informe sorprenden, especialmente si recordamos que el año pasado se caracterizó por una desaceleración económica sostenida, que arrojó un dato de crecimiento de tan solo 2%, una inflación muy lejana del rango meta y una mayor desconfianza de los consumidores. Contrasta aún más, conocer que en estas empresas los ingresos operacionales, la utilidad neta y la rentabilidad patrimonial, presentan datos positivos y muy superiores al año 2015, cuando tan solo unas semanas atrás, nos enteramos de que el primer trimestre de este año tuvo un crecimiento del PIB de 1,1%, el más bajo desde hace ocho años.
Este es un hecho que puede parecer aislado del comportamiento del resto de la economía, pero no lo es; las empresas son agentes principales que sustentan el buen desarrollo y progreso de un país. Estos números, más que simples cifras, nos están mostrando un camino al que debemos empezar a prestarle mayor atención, ya que puede ser indicio de que se está forjando un contexto conveniente para el buen desarrollo de negocios, de políticas de industrialización y de competitividad, que permiten llevar a cabo los procesos de las empresas exitosamente.
Tras estos datos hay un mensaje que crea confianza en los empresarios, y que posiblemente se verá reflejado en los resultados económicos, tanto a corto, como a largo plazo, pues las compañías son las fuentes primarias de generación de empleo. Mientras que la población tenga acceso a una estructura de empleo con empresas sanas y vitales, sus ingresos, calidad de vida y confianza en el mercado aumentan, lo que genera que se active el gasto por parte de las familias dinamizando la economía.
Grandes empresas con mayores ganancias, también inciden en un mejor recaudo de impuestos, en el patrocinio de proyectos sociales y sustentables, en mayor inversión para formar capital humano, así como inversión en ciencia y nuevas tecnologías, hechos que sin duda, benefician a toda la población por ser fuente de bienestar y estabilidad para la sociedad.
Aunque estos resultados no muestran la foto completa del comportamiento económico y productivo del territorio colombiano, y también sería fundamental analizar el desempeño de las medianas y pequeñas empresas, pareciera que estamos frente a un cambio de tendencia que nos llevaría a una mejor situación económica, mejorando la percepción actual de los empresarios y de los colombianos, en general.