Analistas 29/07/2023

Reindustrialización y nearshoring

Hernán David Pérez
Asesor en transformación digital y productividad

En el año 2000, el ingeniero estadounidense Jack Kilby fue galardonado con el Premio Nobel de Física por su contribución a la invención del primer microchip funcional. Durante su trabajo en Texas Instruments en el verano de 1958, Kilby desarrolló un microcomponente -chip de silicio o semiconductor- que integraba todos los componentes de un circuito. Este dispositivo fue el precursor de la microelectrónica, la cual hoy en día es parte integral de nuestra vida cotidiana, puesto que son los componentes esenciales de todo dispositivo electrónico, desde el teléfono móvil, pasando por las computadoras, hasta los cerebros electrónicos de los aviones y otras máquinas. Además, la manufactura de los semiconductores se ha convertido en el centro de la disputa comercial entre China y EE.UU.

En este conflicto, los EE.UU. están orientando su estrategia a limitar la transferencia de tecnología de semiconductores a países “hostiles” y a promover que la manufactura regrese al territorio estadounidense, en un proceso que se denomina “reshoring”. Asimismo, buscan países aliados y cercanos geográficamente que puedan acompañar estos procesos, en lo que se conoce como “nearshoring”.

Al escuchar de esta política, pensamos inmediatamente en las grandes posibilidades que tendrían los aliados comerciales naturales de EE.UU. en América, es decir, Canadá y México. Sin embargo, para mi sorpresa y probablemente la de muchos de los lectores, en la semana del 14 al 20 de julio, el gobierno de EE.UU. firmó sendos acuerdos de colaboración con los gobiernos de Panamá y Costa Rica.

Tal como se manifiesta en su comunicado de prensa, “El Departamento de Estado se asociará con el Gobierno de Panamá (y Costa Rica) para explorar oportunidades para hacer crecer y diversificar el ecosistema global de semiconductores … Esta asociación ayudará a crear una cadena de valor global de semiconductores más resistente, segura y sostenible y subraya el potencial significativo para expandir esta industria global entre los Estados Unidos y Panamá (y Costa Rica)… esta colaboración se esfuerza por generar nuevas oportunidades que atraigan inversiones de la industria y amplíen la fuerza laboral técnica en ambos países.”

Es reconfortante ver que países latinoamericanos tengan la opción de insertarse en la cadena de suministro global de una industria de alta tecnología y que puedan abastecer al mundo de productos más allá de las manufacturas básicas, el turismo y los servicios. Sin embargo, ahora que estamos hablando de reindustrialización, la pregunta obligada es: ¿qué estamos dejando de hacer para perdernos oportunidades clave en la estrategia del nearshoring de EE.UU.?

La estrategia de nearshoring de los EE.UU. fue definida en 2021, y va más allá de la manufactura de semiconductores. Se extiende a otros sectores como los minerales críticos (especialmente tierras raras), el farmacéutico, y las baterías eléctricas. Adicionalmente, hay otros seis sectores donde hay potencialidades: defensa, salud pública, tecnología de la información, transporte, energía y producción de alimentos.

El nearshoring puede ser el impulsor de la política de reindustrialización e insertarnos en las industrias del siglo XXI. El interrogante es: ¿Aprovecharemos esta oportunidad o la dejaremos pasar?

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