Manos a la obra, hay que reconstruir
Con la avalancha de noticias sobre la pandemia que a diario nos golpean, no terminamos de reaccionar a esta realidad que más parece un mal sueño. La situación de millones de hogares es precaria y las medidas necesarias para contener el impacto súbito y generalizado de la pandemia del coronavirus han ocasionado una drástica contracción de la economía global.
Pero más allá de las cifras, lo que está dejando el Covid-19 a su paso es una verdadera tragedia humana. Los líderes de todos los sectores debemos reconocer que, tras las acciones para adaptarnos a la situación, existe una rara oportunidad para reinventar nuestras organizaciones y nuestras sociedades sin perder de vista los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Desde el sector empresarial de productos de consumo masivo y desde Unilever, muchos hemos hecho grandes esfuerzos como garantizar la seguridad y el bienestar de nuestros colaboradores, mantener los empleos y salarios, incentivar la resiliencia en nuestras fábricas y cadenas de suministro, satisfacer las necesidades de los consumidores, entre otros.
Con todo y esto, es innegable que mientras salimos del “modo respuesta”, la vida avanza y la única certeza para todos es que el futuro no es tan previsible para las empresas. Aún con esta incertidumbre en el futuro, muchas empresas han desempeñado un papel crucial en la respuesta a la crisis y se han esforzado por producir suministros que salvan vidas, se han cruzado las líneas entre los roles tradicionales en la sociedad con gobiernos que proporcionan ingresos como rentas básicas universales, empresas que equipan a trabajadores de la salud, o comunidades que brindan servicios esenciales a manera de trabajo social.
Todo esto nos obliga a tener una mejor comprensión de lo que valoramos individual y colectivamente. Somos frágiles, esto ha quedado claro, pero también somos resilientes y capaces de reinventarnos, con empatía, por eso no debemos volver a las viejas formas de trabajo. Y no podemos olvidar que los problemas de fondo siguen ahí: Debemos reinventar nuestra sociedad y nuestra economía para enfrentar los dos desafíos más grandes de nuestro tiempo: la creciente desigualdad y el cambio climático.
Desde este espacio los invito a que usemos esta oportunidad de reinicio para hacer cambios radicales:
• Regenerar el planeta: pre-coronavirus ya sabíamos de la urgencia de mitigar y adaptarnos al cambio climático y detener la destrucción de los ecosistemas, y por eso es importante que todos nos pongamos la camiseta para reconstruir y reinventar nuestro mundo.
• Priorizar a los que más necesitan ayuda: porque la profunda recesión mundial exacerbará aún más la tendencia actual de la desigualdad.
• Cambiar los intereses: Está claro que el modelo capitalista actual necesita una gran revisión.
Y, por último, valorar al trabajador esencial: porque se ha hecho evidente que los verdaderos héroes y heroínas de la sociedad mundial durante la pandemia son el personal médico y de cuidado de las personas, personal de plantas y del transporte, conductores, operarios, cajeros y cajeras de supermercado, personas dedicadas a la mensajería, entre muchos otros y otras.