Como continuación al artículo anterior donde poníamos en tela de juicio la efectividad de los paquetes de patrocinio del Mundial de fútbol, me gustaría hoy hablar de lo que creo que ha sido, de verdad, el primer mundial digital y…, tecnológico.
Más allá de la tecnología aplicada al juego: el VAR, la pelota con chip incorporado, la línea de gol para conceder o no dar los “goles fantasmas”, la comunicación en tiempo real entre árbitros, jueces de línea…, quiero resaltar el protagonismo de la tecnología y el mundo digital en la cobertura del evento y en las conversaciones que ha generado el mismo.
La retransmisión de los partidos en plataformas de cable ha sido espectacular: en calidad de la imagen, número de cámaras, seguimiento “particularizado” de los equipos o jugadores… ¡Realmente fantástico! De los comentaristas…
Es cierto que el horario propiciaba que los partidos se vieran en lugares que podían no ser los habituales, pero… no nos engañemos, más allá del horario, el consumo de video ya se hace casi más en dispositivos “no convencionales” que en el propio aparato de TV.
Además, esos dispositivos, en especial los celulares (smartphones), permiten conversaciones en tiempo real que, sin duda, son muchísimo más interesantes que las de los propios locutores radiofónicos o televisivos. Cuando hablo de interesantes, no me refiero a cuestiones técnicas o tácticas, sino a conversaciones que enriquecen el juego y que generan “engagement” entre los propios seguidores del mismo. Tenemos que admitir sin ánimo a equivocarnos que lo que rodea al evento/partido es al menos tan significativo que lo que ocurre en el terreno de juego y aun más para las marcas.
Es por ello que muchas marcas quieren propiciar esas interacciones y que el consumidor directa o indirectamente vea las mismas como un “partner” que contribuye a dar “otra visión” del partido. Algunas de ellas, sin ser patrocinadoras del evento, han usado el Mundial para liderar los comentarios en redes sociales, generando Real Time Content que ha potenciado sus menciones positivas y su asociación al evento. Claro y Durex son dos buenos ejemplos de lo que estamos hablando. Y todo ello, más allá del talento de las personas que generaban esos comentarios y que provocaban esas conversaciones, ha sido posible por las plataformas tecnológicas cada vez más potentes, “usables” y con mayor penetración entre la ciudadanía. Los partidos se “veían” o se “oían” en los medios oficiales del evento, pero se “vivían” en FB, en Twitter….
La pregunta por tanto sería ¿es más importante verlos/oírlos o vivirlos? Cada uno tendrá su respuesta, pero es seguro que la contestación más común será “ambas cosas son necesarias”. Eso hace cuatro años no era así. La respuesta “verlos/oírlos” dominaría la encuesta. Hoy ya no.
¿Qué pasará cuando dichas plataformas adquieran los derechos de retransmisión de los eventos? (ya tenemos el ejemplo de Twitter con la NFL).
En cuanto a las famosas “parillas de contenidos” que se podían tener preparadas con antelación al juego, ante determinadas situaciones del partido se convierten en un simple referente, pero debido al gran número y variedad de las interacciones, había que estar preparado para modificarlas prácticamente en tiempo real, para no perder espontaneidad y viveza.
Más allá de las sorpresas en lo deportivo, este mundial se ha “vivido” diferente y hasta ha contribuido a hacer de Neymar el mayor generador de memes en lo que llevamos de década.