Colombia será renovable pronto, si la dejan
El presidente Iván Duque proponía, en su plan de desarrollo, instalar una capacidad de generación de 1.500 MW en energías renovables, principalmente provenientes de fuentes solar y eólica, lo que representaba casi un 10% del total. ¡Se puede alcanzar mucho mas! No se imaginó el Gobierno que se requería tanta capacidad adicional de renovables y, además, estoy seguro, que tampoco pensó que sería fácil lograrlo. En medio de todo, la administración Duque se comprometió con reducciones ambiciosas de gases efecto invernadero sin explicitar los compromisos en energías limpias y electrificación de la sociedad. Está perdiendo una oportunidad de lo que podría ser su gran legado.
Este Gobierno está proponiendo que, para 2030, Colombia reduzca sus emisiones en 51% y, también, para ese mismo año, plantea loablemente co-liderar una iniciativa consistente en que 70% de la energía eléctrica que consumamos en América Latina y el Caribe se genere a partir de fuentes renovables.
Incluso, el Ministerio de Ambiente anunció una estrategia “Colombia Carbono Neutro 2050”.
Mientras esto avanza, en el reciente Plan Energético Nacional (PEN) encontramos en todos los escenarios a 2050 una componente no despreciable de carbón. Por otro lado, ni la misión eléctrica ni el foco de energía de la “misión de sabios”, creados en este período, incluyen meta alguna para renovables o la descarbonización.
Es importante entender que la política pública se mide en términos de su coherencia, eficiencia y efectividad, particularmente en energía. Actualmente, existe un estándar implícito global de establecer metas futuras de renovables o emisiones en electricidad.
Por lo que se aprecia de varias de las iniciativas de gobierno y de otras inscritas en la Upme, Colombia estaría en capacidad de construir unos 10 GW en renovables para 2026, 50% adicional a la capacidad actual, y nos incluiría en el muy privilegiado grupo de países en el mundo que consumen prácticamente 100% de electricidad proveniente de fuentes renovables. Esto sería maravilloso, pero no solo debe ser así, sino además que se logre con seguridad en el suministro y a precios que contribuyan con el bienestar social y el crecimiento económico de la nación.
En un sector tan técnico y científicamente avanzado, en términos relativos, como lo es el eléctrico-energético en Colombia, extrañamos la inexistencia de estudios profundos que avalen las propuestas presentadas, más aún cuando fue este mismo gobierno el creador del Ministerio de las Ciencias. Se desconoce que la transición hacia una matriz eléctrica que despache 100% energías renovables sería óptima (ver, ejemplo del autor 1).
Para lograr conexión con las metas ambientales, se requiere de una política energética coherente y efectiva, que parta de una visión holística, y que promueva eficientemente la transformación hacia el transporte eléctrico y una economía altamente digitalizada para 2030.Aunque valoramos positivamente algunos de los planteamientos del presidente Duque en este sector, es importante que estos se articulen detalladamente dentro del gobierno. De no ser así, esto último puede conllevar problemas como los experimentados en Texas donde recientemente se presentó un grave apagón. Puede ser que lo realizado en energía sea su gran legado. Para esto, no se debe perder el foco en los principios, estudios, leyes y regulaciones, de manera que Colombia pueda convertirse en ejemplo mundial de un sector limpio, seguro y económico para los consumidores, y que facilite su desarrollo sostenible. De todas formas, también existe el peligro, por desarreglo, que esta transformación se convierta en un gran fracaso.
1 Ver, por ejemplo: Optimising the insertion of renewables in the Colombian power sector, 2019. F Henao, Y Rodriguez, JP Viteri, I Dyner. Renewable energy.