Muchos coinciden en la importancia de hablar inglés, pero muy pocos toman el camino correcto para aprenderlo y disfrutar de sus beneficios.

Cercanía geográfica, relaciones comerciales, nexos bilaterales y grandes oportunidades de educación y empleo, hacen de Estados Unidos una alternativa de vida que requiere, sin embargo, el dominio del inglés para aprovechar su potencial.

Una de las principales dificultades que encuentran las multinacionales que llegan a Colombia es justamente la escasez de profesionales bilingües, y eso, sin contar las innumerables becas que se pierden en el exterior porque requieren inglés como requisito previo.

Ahora bien, tras identificar la necesidad, el desafío es aprender con los mejores, porque no existen cursos ni métodos milagrosos para dominar una segunda lengua, se trata de un ejercicio que requiere disciplina, constancia y mucha práctica, por eso no cualquiera puede enseñar inglés.

Atrás quedaron los tiempos cuando dominar una segunda lengua era un lujo reservado para unos pocos. En una economía globalizada y en un mundo hiperconectado, hablar y escribir inglés significa tener acceso a innumerables oportunidades de estudio y trabajo y hasta la opción de una nueva vida.

A esto se suma el hecho de que cada vez más universidades exigen el inglés como requisito de grado. Lamentablemente, ante la falta de conocimiento del idioma algunos de los futuros profesionales optan por las falsificaciones de certificados, sin entender que se exponen a la ley por incurrir en un delito, o bien a perder miles de oportunidades laborales ante un certificado que no puede ser comprobable en una entrevista. El inglés no es solo “checking the box”.

El inglés es el pasaje a un maravilloso mundo de conocimiento, cultura, nuevas relaciones y oportunidades, y para vivirlo a plenitud hay que aprenderlo bien con quienes saben enseñarlo. Ese es el camino.