Bola de cristal
viernes, 27 de junio de 2025
Javier Díaz Molina
No tenemos aún la bola de cristal para predecir si, en los últimos seis meses de 2025, Colombia va a poder superar los US$50.000 millones en exportaciones, donde deberíamos estar por encima de los US$100.000 millones, teniendo como base las exportaciones per cápita de Latinoamérica. No sabemos si el dólar va a cerrar por encima de los $4.300 o más cercano a los US$4.100, impactando tanto a importadores como a exportadores.
Sin embargo, auguramos que los exportadores nacionales pueden aprovechar al máximo los próximos meses, porque a pesar de que dicen que las segundas partes no son buenas, el segundo semestre del año suele ser más dinámico que el primero. Hay fechas comerciales que pueden dinamizar el intercambio mundial de bienes, como lo son Navidad, Halloween y el Black Friday. Acá tendremos que seguir de cerca las decisiones que tenga Estados Unidos frente al comercio electrónico, porque puede haber coletazos a nivel mundial.
Viviremos estas fechas comerciales en un marco inédito con la guerra comercial como telón de fondo, sin saber qué tanto duren los acuerdos entre Estados Unidos y China, y del país norteamericano con el resto de naciones. Vemos niveles récord de importaciones en nuestro principal socio económico, donde los comerciantes están aprovechando los vientos de calma arancelaria, con el fin de tener los inventarios listos para los últimos meses del año.
Según el FMI, con los acontecimientos de las últimas semanas, las proyecciones de crecimiento económico mundial y de Estados Unidos para los años 2025 y 2026 se han revisado a la baja. En el caso del crecimiento global, la disminución es de 0,5 y 0,3 puntos porcentuales, respectivamente, mientras que para Estados Unidos las cifras han caído en 0,9 y 0,4 puntos porcentuales.
Para el primer trimestre del 2025, hubo contracción en el PIB de EE. UU., impulsado principalmente por un incremento en las importaciones de más del 50%.
Hay que sumarle a todo esto los conflictos de Rusia-Ucrania, Israel-Hamás y ahora el tema de Irán, junto con la situación en el Mar Rojo y los Hutíes.
La bola de cristal tampoco nos arroja claridad sobre lo que pueda acontecer en la ajetreada agenda política interna de Colombia. De aquí a un año tendremos presidente electo y desde la parte de comercio exterior se debe trazar una hoja de ruta para hacer más competitiva nuestra oferta, en medio de tanta incertidumbre mundial.
Esta carta de navegación deberá abordar temas que vayan desde el tema aduanero hasta el logístico y, por supuesto, los de seguridad jurídica y física, para todos los actores del comercio exterior del país.
Debemos propender al diálogo entre el sector público y el privado, con el fin de encontrar salidas que generen riqueza y desarrollo, en los principales polos industriales de las regiones del país.
No podemos ser ajenos a lo que sucede internamente y externamente a nivel mundial, por lo que con el gobierno actual y el siguiente, debemos ahondar en las posibilidades reales de ser un actor más relevante en el comercio internacional, siendo competitivos y un proveedor de confianza, no solo en bienes minero energéticos, sino también en agroexportaciones y manufacturas de calidad.